
La desconexion británica
Manfred Nolte. En 1973, con la incorporación del Reino Unido, Dinamarca e Irlanda como nuevos miembros nacía la «Europa de los Nueve». Desde muy pronto la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE), que obviamente surgió como un pacto recíproco de conveniencia, se fue convirtiendo en una historia de desamor y de desencuentros.
El jueves 23 de junio de 2016, los ciudadanos británicos votaron en referéndum, por un margen reducido, su divorcio con Europa. Brotó el ‘Brexit’, la bandera que los separatistas han ondeado sin desaliento, hasta convertir una utopía en una triste realidad. (más…)

Dos banderas (II)
Josep M. Margenat. [Hace algunos días publicábamos en este mismo espacio la primera parte de esta reflexión].
El mal espíritu divide y bloquea. San Ignacio previene contra la tentación de la división, que nos quiere envolver “para que no pase[mos] adelante”. Es lo que quiere el enemigo de natura humana: que no pasemos adelante (Ejercicios 314:1, 315:2, 333:4, 334:3; anoto casi textualmente todos los términos ignacianos usados: placeres aparentes, delectaciones imaginadas, placeres sensuales, morder, tristar, poner impedimentos, inquietar con falsas razones, traer a su dañada intención y malicia, engaños encubiertos, perversas intenciones, enflaquecer, inquietar, conturbar el ánima, quitar la paz, la tranquilidad, la quietud, intención depravada, estrépito, etc. “para que no pase adelante”). El mal espíritu siempre nos seduce para que no pasemos adelante. Esa es la pregunta esencial que me hago ante el discernimiento, el de otros y el propio. Esto o aquello, ¿milita contra el Reino?, ¿sospecho que es un impedimento para no pasar adelante?, ¿me estaré engañando? El Reino es el horizonte único del discernimiento: lo que no ayuda a que se acerque, lo frena (“katekhôn”, Rm 1:18). Podemos seguir engañándonos con las palabras, pero ya no en nuestra conciencia. ¿De qué lado estamos?, ¿bajo qué bandera? Si no nos armamos espiritualmente para este combate, no podremos afrontar la etapa que viene. (más…)

El regreso de los monstruos
Bernardo Pérez Andreo. Vivimos tiempos extraños en los que quienes desprecian lo público son encargados por el pueblo para regir sus destinos; quienes abjuran de los bienes comunes, detentan el poder de administrarlos; quienes repudian la democracia formal ganan elecciones y son encumbrados a las más altas magistraturas. Tiempos extraños en los que la mentira viste de Prada y las más sublimes verdades son arrastradas por el fango de la historia, mientras los aduladores del dinero afirman rendir culto al Dios verdadero y persiguen a todo aquel que ose desmentirles. Estos tiempos parecen volver en un ciclo sin fin sobre los pueblos, pues nunca acaban de irse del todo. Como un delincuente, vuelven furtivos al lugar del crimen, aunque hayan pasado más de setenta años, tiempo suficiente para que dos generaciones olviden los desastres acumulados. (más…)

Moria y el sufrimiento disuasorio
José Ignacio Garcia. En la vida hay muchas situaciones en las que tomar partido es complicado, unas veces porque las situaciones están llenas de matices, y otras veces, porque las consecuencias no son evidentes. Sin embargo, en lo que se refiere al caso de Moria, el campo de demandantes de asilo en la isla griega de Lesbos, hay una enorme coincidencia en que su existencia es una vergüenza inexcusable para Europa, y más concretamente para Grecia. Políticos de todo color y rango han expresado su disconformidad con este lugar. Entonces ¿por qué sigue abierto?, ¿por qué siguen miles de personas atrapadas en ese infierno?
Hay situaciones que exigen respuestas complejas, sin embargo, hay otras situaciones que tienen explicaciones bastante sencillas. Moria, se explica con muy pocas razones. No es un asunto muy sofisticado. Entonces ¿por qué no se resuelve?, ¿por qué no se arregla?, ¿por qué no desaparece? (más…)

¿Cambio de rumbo en Europa?
Luis Sols. Hace quince años un 55% de los franceses votaban «no» a la Constitución Europea dejando encallada la construcción europea. El arreglo final del tratado de Lisboa de 2007 salvó lo imprescindible, a costa de convertir el funcionamiento y las instituciones de la Unión en algo abstruso, totalmente incomprensible para los ciudadanos. Desde entonces, una Unión desorientada y a la defensiva ha visto crecer una marea antieuropea que ha culminado en el Brexit. Su pésima respuesta a la crisis financiera y económica alimentó la desafección y el proyecto europeo quedó varado indefinidamente.
El acuerdo de este verano sobre ayuda financiera a los países afectados por la pandemia parece apuntar a un cambio de rumbo. Parece haberse recuperado, aunque sea de modo muy contenido, el espíritu de solidaridad europea que puso en marcha el proyecto y lo convirtió en un éxito rotundo. Resulta inevitable preguntarse qué ha cambiado para que ahora Europa parezca volver a estar en marcha. El coronavirus es sin duda el motivo principal, pero quizás no el único. Se había dicho siempre que Europa aprovecha las crisis para avanzar en su integración, pero hacía tiempo que eso no pasaba, como se evidenció durante la reciente crisis de deuda soberana de los países del sur de Europa. ¿Qué ha pasado esta vez? (más…)

Buenas noticias de Europa
Alfons Calderón. En plena canícula de verano, con más y preocupantes rebrotes de la COVID de lo esperado en España por estas fechas, nos llega una excelente noticia de Bruselas. Los jefes de gobierno de los Estados miembros de la UE han aprobado un paquete financiero para hacer frente al descalabro económico derivado de la pandemia. Podría cualificarse de histórico, tanto por su cuantía, como por la rapidez con que se ha diseñado, como por la evolución de criterio al autorizar el endeudamiento para financiarse. (más…)

Ser cristiano en Europa… Es aún posible
Santi Torres. En su primera intervención pública como papa, la misma noche de su designación, Francisco salió a la plaza de San Pedro y dijo “Parece que nuestros hermanos cardenales, a la hora de escoger un obispo de Roma, lo han ido a buscar al fin del mundo“. He recordado esto al leer el último cuaderno de Cristianisme i Justícia ¿Ser cristiano en Europa? (Cuaderno n. 218) de Víctor Codina, jesuita catalán que ha pasado los últimos años en Bolivia. Parece que un análisis sobre lo que le pasa al cristianismo europeo, no puede hoy realizarse solamente desde el viejo continente, sino que necesita de una mirada externa que nos ayude a escapar del laberinto en que nos encontramos. (más…)

Europa, hace 70 años
Alfons Calderón. La actual crisis de la COVID-19 nos hace reflexionar. No solo la mortandad, el dolor causado por la enfermedad y los sacrificios del confinamiento. El descenso de muchos indicadores económicos que ha supuesto también retrotrae a tiempos pretéritos, que pensábamos ya sobrepasados. Pero la realidad se impone y solo si somos capaces de hacerles frente, superaremos los retos.
La génesis de la primera Comunidad Europea, en 1950, debería ser un paradigma estimulante. Entonces, la desolación de la posguerra era mayúscula. En muchos países todavía había racionamiento de alimentos. Por ejemplo, en Alemania occidental oficialmente terminó ese mismo año; en la parte oriental, separada por el «telón de acero», duró más. (más…)

¿Dónde está Dios?
Víctor Codina. Afortunadamente, junto a los terroríficos y casi morbosos noticiarios televisivos sobre la pandemia, aparecen otras voces alternativas, positivas y esperanzadoras.
Algunos recurren a la historia para recordarnos que la humanidad ha pasado y superado otros momentos de pestes y pandemias, como las de la Edad media y la de 1918, después de la Primera Guerra Mundial. Otros se asombran de la postura unitaria europea contra el virus, cuando hasta ahora discrepaban sobre el cambio climático, los inmigrantes y el armamentismo, seguramente porque esta pandemia rompe fronteras y afecta a los intereses de los poderosos. Ahora a los europeos les toca sufrir algo de lo que padecen los refugiados e inmigrantes que no pueden cruzar fronteras. Hay humanistas que señalan que esta crisis es una especie de “cuaresma secular” que nos concentra en los valores esenciales, como la vida, el amor y la solidaridad, y nos obliga a relativizar muchas cosas que hasta ahora creíamos indispensables e intocables. De repente, baja la contaminación atmosférica y el frenético ritmo de vida consumista que hasta ahora no queríamos cambiar. Ha caído nuestro orgullo occidental de ser omnipotentes protagonistas del mundo moderno, señores de la ciencia y del progreso. En plena cuarentena doméstica y sin poder salir a la calle, comenzamos a valorar la realidad de la vida familiar. Nos sentimos más interdependientes, todos dependemos de todos, todos somos vulnerables, necesitamos unos de otros, estamos interconectados globalmente, para el bien y el mal. (más…)