
Siempre… lo previsible…
Darío Mollá Llácer. El mismo día de Navidad me puse a leer las reacciones políticas y periodísticas al discurso de Nochebuena del Rey. “Siempre… lo previsible…”. Según el político que opine, ya sabes lo que va a decir. Por supuesto, sin matices: o todo bien, o todo mal. Según el periódico que leas, ya sabes lo que va a decir: o todo bien, o todo mal. Sin matices. Por no ser injusto, diré que solo leí un par de artículos periodísticos matizados sobre dicho discurso. Uno de un periodista de larga trayectoria y conocido, en un periódico de difusión estatal, y otro de un periodista para mí desconocido en un periódico de alcance regional.
El “siempre… lo previsible…” desborda el ámbito de la política. También se da en el ámbito de lo eclesial. Sigo cotidianamente, gracias a internet, varios medios de información eclesial de distinto signo. Según cuál de ellos leas, o según quién sea el firmante del artículo o comentario, ya sabes desde el principio lo que vas a encontrar: el todo bien o el todo mal. Sin matices. (más…)

El fracaso de la soberbia
Darío Mollá Llácer. Siempre he pensado, y cada vez me ratifico más en ello, que las propuestas evangélicas de vida son las más plenamente humanas para quien personalmente las vive y para la sociedad y que, al contrario, la lógica antievangélica conduce al fracaso de la persona y de la sociedad. Una de esas vías o propuestas antievangélicas más nocivas, si no la que más, es la soberbia.
Esta reflexión me ha venido sugerida por dos titulares que he leído en el diario La Vanguardia en los últimos días. El primero de esos titulares, entresacado de una entrevista, dice que el éxito de Instagram se explica por lo “bien que ha sabido cruzar el ego y el capitalismo”. El segundo titular dice que “ni siquiera Oxford sabe cómo acabar con este virus”. (más…)

Elogio de la disidencia
Darío Mollá Llácer. Según el diccionario, disidencia es la acción de disentir y disentir es no ajustarse al sentir o parecer de alguien, o sea, no estar necesariamente de acuerdo con todo lo que piensan, dicen o hacen personas e instituciones con las que, en general, nos sentimos vinculados o cercanos. Disentir no es ir a la contra, ni desobedecer, ni hacer labor de zapa… sino más bien un juicio crítico o un sentimiento de desencanto o una resistencia de carácter interior a la omnijustificación o al triunfalismo. (más…)

Carta a un teólogo amigo
Darío Mollá Llácer. Querido amigo:
Te escribo esta carta porque hace unos días leí una reflexión que me sorprendió y me desconcertó. Te la escribo, como no puede ser de otro modo, con todo cariño y respeto. También, ¡ya me conoces!, igual en algún momento te suena como muy fuerte o radical o poco matizado lo que digo, pero sabes que es mi modo de expresarme y, a medida que me hago viejo, noto que mido menos las expresiones… (igual es por aquello del “pescado vendido”).
Me sorprendió cuando leí algo así como que la crisis provocada por el COVID-19 (crisis sanitaria, pero también económica, social, de convivencia humana, etc.) era una “oportunidad” para que la humanidad creciera. Te confieso: más que “sorprenderme” esa afirmación, me golpeó hasta herirme. Me resulta muy fuerte hasta lo inaceptable llamar a esta crisis, así en general y a nivel global, “oportunidad”. Para mí es, por encima de cualquier consideración, una catástrofe pura y simple en todos los aspectos. (más…)

«No tengáis miedo»
Darío Mollá. Es uno de los mensajes más significativos del Jesús Resucitado… Y también fue uno de los mensajes más reiterados del Jesús histórico… También es uno de los mensajes más reiterados de toda la Escritura… Podemos decir, creo que sin faltar a la verdad, que nuestro Dios es el Dios del “no tengáis miedo”. Dicho siempre, obviamente, en circunstancias difíciles, porque es en esas circunstancias cuando el mensaje tiene sentido. (más…)

¿Hablar de Dios… o callar de Dios?
Darío Mollá. Confieso que me siento muy incómodo con muchos de los “discursos” sobre Dios que estoy oyendo en medio de la tragedia que estamos viviendo. Discursos que “se aprovechan” de esta inmensa tragedia y de este terrible fracaso que es la pandemia del COVID-19 para hablar de Dios, de su necesidad, de lo pobres que somos los humanos y de lo necesario que es Él. Algo así como “veis qué equivocados estabais”… No discuto la parte de verdad que tenga ese razonamiento, pero sí me molesta un cierto tono y un cierto oportunismo de hablar sobre Dios “ahora” que se ve en todas sus dimensiones la debilidad humana. Me niego a creer en un Dios que para crecer y manifestarse necesite del fracaso humano. ¿Es ese el Dios que proclamaba Jesús al decir “he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Juan 10,10)? O ¿volvemos a eso de decir que esta vida ni vale ni importa nada y que lo que importa es la “otra” vida? Y de ahí, la pregunta con que encabezo esta reflexión: ¿es tiempo de hablar de Dios o de callar de Dios? Quizá, para no ser tan radical, lo puedo formular de otro modo ¿de qué Dios hablar? y ¿cómo hablar de Dios? (más…)

Retiro de Semana Santa (III). Sábado Santo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» (Lc 24,41)
Darío Mollá. Les propongo que sigamos esta mañana en la misma dinámica de sencilla contemplación
de estos días pasados. Se trata de acercamos a una escena del evangelio, de fijarnos en algún detalle sencillo, de saborearlo y profundizar en él. Hemos prestado atención particular a frases de Jesús y en ellas hemos descubierto un mensaje de vida que, atravesando el tiempo, llega también a nosotros.
Esta mañana escogemos para nuestra contemplación una de las apariciones de Jesús Resucitado que narra el evangelista Lucas en el último capítulo de su evangelio: la aparición a los apóstoles. Y dentro de esa aparición les propongo que nos centremos también en una frase de Jesús: «¿Tenéis aquí algo que comer? » (Lc 24,41). Posiblemente les sorprenda la frase que elijo por su aparente intrascendencia, incluso por su banalidad: Es seguramente la frase más sencilla y aparentemente menos trascendente de todo el relato. Pero, profundizando en ella, quedaremos aún más sorprendidos por el alcance que tiene. (más…)

Retiro de Semana Santa (II). Viernes Santo: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43)
Darío Mollá. «Crucificaron a dos malhechores… uno a la derecha y otro a la izquierda» (Lc 23,33)
En esta mañana de Viernes Santo les propongo que, en nuestra oración, nos acerquemos al Calvario, ese lugar fuera de la ciudad en el que Jesús es crucificado, aplicándole, tras el proceso civil y religioso, la muerte de los esclavos. El gesto de Jesús como esclavo que lava los pies de sus discípulos, gesto que
contemplábamos ayer, no era, pues un gesto vacío, una comedia, un gesto para la galería, o una pose para una fotografía virtual o para los pintores de épocas posteriores. El lavar los pies de Jesús a sus discípulos es la expresión de una dinámica de vida que comienza con la Encarnación y culmina con la muerte: «se despojó de sí mismo tomando condición de siervo… y se humilló a sí mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz» (Fil 2,6-8). Toma la condición de esclavo y muere como un esclavo. (más…)

Retiro de Semana Santa (I). Jueves Santo: «Judas, ¿con un beso entregas al hijo del hombre?» (Lc 22,48)
Darío Mollá. La propuesta que les voy a hacer para los tiempos que compartiremos estos tres días santos, es la de un acercamiento personal y orante al Misterio de la Pascua del Señor. Mis palabras van destinadas a ayudar a dicho ejercicio de oración personal: mi objetivo no va a ser otro que dejarles a las puertas de diversas escenas del evangelio, y animarles a entrar personalmente en ellas, para que en la intimidad del encuentro y de la cercanía con Jesús cada uno experimente la gracia singular y siempre nueva que nos es prometida.
El acercamiento que les propongo a algunas escenas de la Pasión va a estar marcado por dos sugerencias que hace San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios y que yo hago mías. (más…)