José María Segura. Que te acusen de blasfemar contra el Espíritu Santo descoloca un poco. Que te pase en tu primer verano de cura, en un encuentro de obispos latinoamericanos, con tu camiseta de Amnistía rosa que reza “FightingBadGuyssince 1961” y que sea un obispo el que te lo diga ¡descoloca un poco más!
Era un rato informal, después de cenar. Los obispos me invitaron a su mesa y empiezan a hacerme preguntas. Para romper el hielo les dije: “¡Qué suerte la suya que conocieron a mártires y testigos y profetas…! Puebla, Medellín, los mártires de la UCA, Romero, las comunidades de base, tantas mujeres líderes de comunidades…” y debí dar a entender “eso ya no pasa”. El obispo sentado a mi lado sonrió y contestó: “Mijito no blasfemes contra el Espíritu Santo. Mejor abre los ojos y ¡mira! ¡Hay profetas y testigos! ¡Dios sigue acompañando a su pueblo hoy!”.
Fue un aldabonazo, una llamada y una invitación, una pro-vocación a recordar, a recuperar, a volver al fundamento. Y recordé alguna charla con Javi Vitoria sobre “el trapero de la historia” y las tesis de W. Benjamin y sobre Metz y su “mística de los ojos abiertos”. Y me lancé a releer y redescubrí esta intuición que me cautivó. Estaba ahí desde siempre esperando a ser re-descubierta. Desde aquel despertar trato de estar atento al paso del Dios de la Vida por mi día a día. Procuro otear, gustar y sentir en las olas por dónde anda el Espíritu sugiriendo, moviendo, animando, agitando. Y es un gusto poder decir que a aquel buen monseñor no le faltaba razón, que aguzar la vista del corazón permite vivir y disfrutar de las santas co-inspiraciones que el Espíritu Santo sigue propiciando en medio de su Pueblo. Esta mística de la cotidianidad, este Dios que anda “haciendo lío” es una intuición muy presente en la espiritualidad ignaciana. Esta mística de la inmanencia de Dios, o misticismo de realidad son las entrañas de los Ejercicios Espirituales, como refleja la Contemplación para Alcanzar Amor y sostiene la posibilidad del “discernimiento”: asumimos que Dios se da a conocer en la vida, aquí y ahora y que se le puede encontrar en ella.
Se trata en definitiva de la mística cristiana, una mística vuelta al mundo. La mística como la experiencia de Dios de la que nace una fe que nos lanza al mundo porque escucha a Dios preguntando “¿dónde está tu hermano?” (Gn 3,9). Ser encontrado por Dios en la mirada y el rostro del hermano, permite mantener los ojos del corazón bien abiertos. Necesitamos dejar que Dios transforme nuestro modo de mirar, para pasar de ver a contemplar y así “sentir y gustar” a Dios que está presente en la realidad, “sosteniéndola en el ser”. Decía Rahner que “existir es existir en Dios”, que somos seres creados en relación y religación con Dios. Si el Espíritu sigue acompañando a su pueblo, entonces no se trata de una mística de las “visiones extraordinarias” (como las que relatan los místicos de ojos cerrados), sino de la experiencia de Dios que hace ver toda la realidad de modo nuevo. Se trata de ver la realidad a la luz de Dios (Panikkar).
Es la mirada mística de Jesús la que le permite sentir y gustar que el Reino ya está presente: en una semilla de mostaza, a un sembrador, a una semilla que crece sola (G. Buelta). Permitidme referir algunas de estas semillas y granos de mostaza que hemos encontrado recientemente en la familia ignaciana de Zaragoza.
A veces el Espíritu grita en medio de situaciones dolorosas. La expulsión de un ciudadano de origen marroquí que trabajaba en una empresa de reinserción de dónde se lo llevó la policía para extraditarlo nos ha abierto los ojos a la dolorosa realidad de las #ExpulsionesExprés. En este caso concreto se trataba de un trabajador de una empresa de reinserción de la CONFER… y su expulsión ha desencadenado una ola de santa indignación y de co-inspiración. Instituciones diversas de iglesia y de la sociedad civil nos estamos coordinando para orquestar una respuesta conjunta a lo que consideramos una práctica que vulnera los derechos humanos[1].Y mientras tanto el Espíritu ha hecho posible que encontremos un local del ayuntamiento que nos lo cede en precario para abrir otra tienda de inserción, y lo haremos en breve porque hemos podido localizar al empresario que hace 25 años tuvo una tienda en ese mismo local y nos cede su licencia y porque más de 5 gremios se han coordinado para hacer un presupuesto solidario.
El mismo Espíritu que animó a un grupo de amigos y voluntarios de Entreculturas a recuperar bicicletas del depósito de la policía local para darles un fin social. Así surgió #BicisXNepal. Recuperamos 29 bicis que pasaron del depósito a las calles y hemos recaudado unos 1.500 euros, nuestro granito de arena para que Nepal vuelva a ponerse en pie. Pequeños signos de resurrección. Pequeños signos de los tiempos.
El espíritu de la profecía animó al Gesto Diocesano, a crear un Fondo de Solidaridad con las Víctimas de la Crisis, para apoyar a personas y familias con dificultades para mantener o acceder a una vivienda. Que la iglesia haga esto no es novedad en Zaragoza, pero sí el hacerlo a través del Ayuntamiento (Programas contra la exclusión residencial que gestiona Zaragoza Vivienda), mediante un convenio de colaboración con dicha entidad, suscrito por la diócesis. El Gesto cierra el segundo curso de esta iniciativa con 35.000 euros recaudados para apoyar a más de 50 familias, y habiendo puesto en alquiler social 5 viviendas cedidas por congregaciones religiosas y particulares.
Ahora me toca a mí decir: ¡No seamos blasfememos!
Seamos mejor místicos de ojos abiertos, traperos de Esperanza para leer los signos de los tiempos en medio del trajín de la vida y aportemos una lectura esperanzadora y creyente a un mundo a veces desbordado por tragedias, crisis, malas noticias y malos rollos.
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[1]Informe del Servicio Jesuita a Migrantes CIE y Expulsiones Exprés http://www.sjme.org/sjme/item/794-cie-y-expulsiones-expres
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