
Cristianofobia políticamente correcta
Jesús Martínez Gordo. Me indigna que “el deporte practicado en las tierras del pijoprogresismo” sea el insulto, el escarnio y el ultraje de los cristianos. Como también me indigna que el “progre yupiyaya” haga del “desprecio a los católicos” un arma revolucionaria, cuando, en realidad, “sólo es el retrato preciso de la estupidez”. Quien así se manifiesta es Pilar Rahola, diputada en el Congreso entre 1993 y 2000 por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), partido en el que militó hasta 2006. Lo dice en un libro que acaba de publicar con el título S.O.S. cristianos. La persecución de cristianos en el mundo de hoy, una realidad silenciada. Esta tertuliana radiofónica y televisiva, ensayista y filóloga, además de periodista, se autopresenta -rompiendo moldes nuevamente- como “católica no creyente”, es decir, como “una militante racionalista” a quien resulta imposible creer en Dios, pero a quien (dice) “mi ética no me impide respetar a los creyentes” ni reconocer que los necesito “para mejorar la sociedad”: de ellos he recibido “bondad, capacidad de empatía, capacidad de comprensión, sentido de la justicia, sentido del valor para defender los propios ideales…”. (más…)

Catholic Workers: comunidad, hospitalidad y resistencia
Juanjo Peris. “Gracias por su sinceridad, ser homosexual y trabajar para la iglesia católica no es compatible”. No era la primera vez que escuchaba, de alguna u otra manera, esa frase poniendo punto y final a un ciclo. Esta vez, con 40 tacos decidía poner fin a una etapa e iniciar andadura fuera de las instituciones eclesiales. Tras un infructuoso año buscando trabajo en España, decidí migrar a Londres y concederme un tiempo de inmersión lingüística. Así llegue a Giuseppe Colon House, una comunidad de Catholic Workers (el movimiento fundado por Dorothy Day y Peter Muray en Estados Unidos), donde hemos vivido siete voluntarios (procedentes de Reino Unido, Suecia, Alemania, Italia y España) con 22 migrantes (de Sierra Leona, Burundi, Eritrea, Etiopia, Djibuti, Irak, Ghana, Nigeria, India, Argelia, Georgia….) todos varones, demandantes de asilo o migrantes destituidos, es decir, que su solicitud había sido denegada y por lo tanto sin posibilidad de trabajar legalmente ni recibir prestaciones, obligados a vivir de la caridad. No recibíamos fondos públicos y vivíamos de donaciones. (más…)

La santidad solo puede ser radical (más sobre Francisco en Lesbos)
Daniel Izuzquiza. Ya he escrito en otro lugar sobre el viaje del papa Francisco a Lesbos y su regreso a Roma, acompañado de tres familias de refugiados, acogidas en el Vaticano. He leído también cómo algunas personas, creyentes y comprometidas, andan incómodas con el gesto. Yo mismo sigo notando cierta incomodidad, en parte por cómo me interpela este hecho, en parte porque hay interpretaciones que me parecen distorsionadas e injustas. Una de ellas se puede ver en este artículo de Ruth Toledano, de quien tomo el título y varias de las frases entrecomilladas que cito a continuación. A ver si consigo aclararme en tres pasos y medio.
Lo que se ve. Me parece indudable que el viaje del Papa ha servido para visibilizar una realidad sufriente e injusta, para llevarla al centro del debate. Quizá sea excesivo decir que la ha llevado al centro de los corazones y de las decisiones, pero ahí está, visibilizando lo invisible y a los invisibles. Poniendo rostro, palabra y llanto. (más…)

Disfonía del asilo en cinco movimientos
Josetxo Ordóñez Echeverría. Primer movimiento. Moderato. Dicen que hay un derecho al asilo. Esto significa que hay un derecho subjetivo al asilo, es decir que un sujeto puede apelar a que se le reconozca, garantice refugio y proteja en caso de padecer un temor fundado de persecución y de decidir abandonar su país de origen y/o residencia por esta razón. Como tal derecho subjetivo, su envés nos muestra que hay una obligación de asilo. El sujeto de la obligación son las autoridades de los países a los cuales el refugiado acude huyendo, escapando. Yo no concedo asilos, son las autoridades de mi país las que lo hacen. En el marco de una Unión Europea, las autoridades europeas. El poder para conceder o no un asilo lo ostentan esas autoridades, no yo. Quien tiene más poder, tiene más responsabilidad, diría Hans Jonas. Yo no tengo ningún poder sobre la situación jurídica del derecho al asilo de las personas refugiadas. Yo no tengo ninguna responsabilidad sobre sus vidas (y sus muertes). (más…)

Seguimos el mismo camino de Jesús y de los pobres: la persecución
Monseñor Óscar A. Romero [1]. “Debemos estar claros desde el principio de que la fe cristiana y la actuación de la Iglesia siempre han tenido repercusiones socio-políticas. Por acción o por omisión, por la connivencia con uno u otro grupo social los cristianos siempre han influido en la configuración socio-política del mundo en que viven. El problema es cómo debe ser el influjo en el mundo socio-político para que ese influjo sea verdaderamente según la fe”.
“Como en otros lugares de América Latina después de muchos años y quizás siglos han resonado entre nosotros las palabras del Éxodo: «He oído el clamor de mi pueblo, he visto la opresión con que le oprimen» (Ex 3,9). Estas palabras de la Escritura nos han dado nuevos ojos para ver lo que siempre ha estado entre nosotros, pero tantas veces oculto, aun para la mirada de la misma Iglesia”. (más…)

Una Iglesia que no es perseguida no puede ser la Iglesia de Jesús
Ignacio Ellacuría [1]. «No es sólo que el mensaje cristiano tenga como término preferido a los pobres, es que sólo los pobres son capaces de sacar de ese mensaje su plenitud. Y esto es lo que afirma la teología de la liberación y esto es lo que condiciona su método de hacer teología».
«No cualquier lucha por la justicia es la encarnación del amor cristiano, pero no hay amor cristiano sin lucha por la justicia cuando la situación histórica se define en términos de injusticia y de opresión; de ahí que la Iglesia como sacramento de liberación tenga la doble tarea de despertar y acrecentar la lucha por la justicia entre quienes no se han entregado a ella, y la de hacer que quienes se han entregado a ella lo hagan desde lo que es el amor cristiano. También aquí el ejemplo del Jesús histórico es decisorio: en su sociedad contrapuesta y antagónica, Jesús amó a todos, pero se situó al lado de los oprimidos, y desde allí luchó enérgica, pero amorosamente, contra los opresores».
«Errarían los cristianos si buscaran solamente un tipo de liberación social. La liberación debe abarcar todo aquello que está oprimido por el pecado y por las raíces del pecado, debe abarcar tanto las estructuras injustas como las personas hacedoras de injusticia, tanto lo interior de las personas como lo realizado por ellas». (más…)