
Hacia la construcción de puentes entre la Iglesia y la comunidad LGTB
Juanjo Peris. “Nací en la última generación de homosexuales que creció preguntándose si era el único en todo el planeta que sentía como yo”. La frase es de Cleve Jones en sus memorias sobre los años de militancia en el movimiento “que salvo mi vida” en el San Francisco de Harvey Milk, pero me la podría haber atribuido a mí mismo ya que, una generación más tarde, sigue existiendo contextos de exclusión.
Crecer en un contexto de ausencia de referentes y rechazo no es fácil. Es conocido que las tasas de depresión y suicidio son más alta en la población homosexual que en el resto de población. Alan Downs, en base a las entrevistas con sus clientes, defiende, que muchos de los varones homosexuales pasan por tres etapas: una primera de estar invadidos por la vergüenza, donde aprenden a cortarse en pedazos, mostrando a los demás aquello que sería aceptable, y autocensurándose ocultando aquello que no se considera aceptable en el entorno social (algunos de sus clientes llegaron incluso a tener puestos destacados en organizaciones e iglesias homófobas durante esta etapa). Una segunda, de compensación, soledad y adicción. Y una tercera de aceptación completa, de desaprender lo erróneamente aprendido y de aprender a cultivar autenticidad. (más…)
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