
El cuidado y la justicia global
Sonia Herrera. [Revista Valors] Durante siglos -e, incluso hoy en día-, todo lo relacionado con el trabajo reproductivo (asalariado o no asalariado) y con el cuidado se ha vinculado con el ámbito doméstico y privado y se ha asociado de forma perversa a la “identidad femenina” (como si ésta se pudiera definir como un todo monolítico sin matices ni diferencias) y los roles de género asignados a las mujeres, conllevando que este tipo de trabajo se convirtiera, como explica Silvia Federici, en un “factor crucial en la definición de la explotación de las mujeres en el capitalismo”.
El cuidado, el trabajo doméstico, la crianza y todo lo que el capitalismo y, posteriormente, el neoliberalismo, etiquetaron como “no productivo” se ha despreciado e invisibilizado creando un falso espejismo de mundos binarios separados, bien apuntalados por la cultura patriarcal y el modelo económico hegemónico: por un lado, el mundo de la esfera pública, de la autonomía, la independencia, el individualismo, el yo…, el mundo de lo trascendente, de lo “importante”; por otro, el mundo privado, la domesticidad, la dependencia, las emociones, las relaciones humanas…, el nosotros. (más…)

La revolución de los cuidados
Cristianisme i Justícia. Cuidado, afecto y ternura son valores atávicamente atribuidos a las mujeres pero ni el mundo se puede permitir que el 50% de la humanidad delegue estos valores en las mujeres, ni los hombres se pueden permitir renunciar a los beneficios que para su vida puede suponer cuidar a los demás.
Para poder hacer realidad la revolución de los cuidados, para poder construir unas relaciones humanas más justas e igualitarias, hay que desenmascarar las desigualdades que nos atraviesan. Por lo tanto, hay que buscar la encrucijada entre una vida basada en la igualdad entre mujeres y hombres, en los derechos sociales, políticos y económicos, en la libertad, en la redistribución de la riqueza y del trabajo, en el fortalecimiento de los servicios públicos, etc., y una vida centrada en el cuidado y en la interdependencia. Porque no puede haber una verdadera justicia social si por el camino dejamos de cuidar a las persones que nos rodean… o si los cuidados recaen exclusivamente en las mujeres. (más…)
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