Lucia Montobbio. [Dialogal] Rafa Crespo es historiador y antropólogo. Trabaja en el Centre d’Estudis Africans i Interculturals como secretario general y ha desarrollado investigaciones en universidades, como la Pompeu Fabra, de Barcelona; Jaume I, de Castellón, o Rovira i Virgili, de Tarragona. Rafa Crespo colabora en diversas iniciativas sobre la convivencia y la diversidad intercultural, como la Associació Colomenca per al Diàleg Interreligiós, de la que es tesorero y técnico voluntario.

¿Cómo y cuándo nace esta iniciativa?

La idea aparece en torno a las dinámicas que, a finales de los 90 e inicios del año 2000, había en Santa Coloma de Gramenet, cuando empezaron a aparecer en la ciudad nuevos vecinos y vecinas de diferentes creencias. A partir de ahí nacieron una serie de conflictos relacionados con la apertura de centros de culto. Recuerdo, por ejemplo, el del año 2004, con la apertura de un oratorio musulmán en el barrio de Singuerlín, o las protestas vecinales ante la apertura de un gudwara en Can Mariner. En medio de este contexto, se empezaron a encontrar líderes de diferentes comunidades: católica, protestante-luterana, pentecostal, musulmana, y sij, que más tarde trabajarían codo a codo en el proceso de elaboración del Plan para la Convivencia. La Red de Transmisión de Valores del Ayuntamiento de Santa Coloma también estaba involucrada en este plan, y es a partir de aquí que se decide crear un grupo de diálogo interreligioso, que venia teniendo encuentros en espacios de diferentes comunidades. El objetivo era conocerse, como personas y como miembros de diferentes tradiciones religiosas.

Y una vez conformados, ¿que ofrecéis al resto de población de Santa Coloma?

Bueno, la Associació Colomenca per al Diàleg Interreligiós tiene diferentes proyectos. Dependiendo del público al que nos dirigimos tenemos una propuesta u otra. Pero si hablamos del conjunto de la población, desde 2007, cada mes entre octubre y mayo, organizamos conferencias y tertulias que tratan temas genéricos. Por ejemplo, hoy habrá una sobre religiones y migraciones.

¿Migraciones y religiones están relacionadas?

Efectivamente, las migraciones y las religiones son factores que se retroalimentan. Las religiones se difunden también a partir de las migraciones, y en casi cualquier tradición religiosa las migraciones están presentes… ya sea la Hégira, sea el Éxodo, o las peregrinaciones a lugares sagrados. O si hablamos de nuestro día a día, estas dos dimensiones las encontramos relacionadas en temas vinculados al antisemitismo o a la islamofobia.

Volviendo a lo que vuestra asociación ofrece a la sociedad. Creo recordar que, conjuntamente con el AUDIR, hicisteis un mapa.

Sí, es un mapa de la diversidad religiosa que hay en Santa Coloma. Se realizó en 2009, o sea que seguramente habría que actualizarlo, porque la situación ha cambiado mucho. Este recurso lo usamos para los talleres educativos que hacemos con las escuelas de aquí; atendemos, sobre todo, a institutos, centros de educación secundaria.

Éste, el de los alumnos de secundaria, sería otro de los públicos al que os dirigís. ¿Cómo funcionan vuestros talleres?

Tienen tres partes: a partir del mapa les explicamos la situación de diversidad religiosa que hay en Santa Coloma y algunos principios de esta diversidad. Después, hablan testigos, personas de diferentes tradiciones que explican cómo viven la fe y cómo es su situación en Santa Coloma. Y, finalmente, proponemos un debate, preguntamos a los chicos, que digan, que hablen; es interesante, porque el hecho religioso no lo tienen muy claro, pero sí tienen muy incorporada la diversidad religiosa y cultural.

¿No tienen prejuicios?

Sí que tienen. Que tengan la diversidad trabajada no elimina rumores, prejuicios, estereotipos, pero sí que, a partir de su conciencia, es más fácil trabajar que con otros públicos, como por ejemplo los adultos. Con estudiantes de Grado de 20 y pocos años es mucho más complicado.

¿Cuáles son los prejuicios más comunes que observáis en las aulas?

Los más comunes, por el desconocimiento que tienen, son contra el islam, sobre todo tal y como está la cosa ahora. Es habitual oír hablar de yihadismo y terrorismo. Otro prejuicio habitual es contra los sijs; éstos, durante la adolescencia, pueden tener problemas con el moño y son tratados como personas con tendencias femeninas por el resto de compañeros. Nosotros, lo que intentamos es esclarecer la parte más social de las religiones, por ejemplo la alimentación: la comida halal. Los jóvenes normalizan estas cuestiones más sociales, van juntos a comer un kebab y saben que están tomando carne halal, y no hay ningún problema. Además de dar información sobre la parte más social de la diversidad religiosa, lo que también nos gusta es generar debate y traer testigos de diferentes tradiciones. Por ejemplo, yo soy católico no practicante y hago algunos talleres, pero si un centro está más interesado en tener un testigo musulmán, pues va un voluntario de esta tradición.

¿Cualquier profesor de secundaria puede pedir que vayáis al aula a hacer vuestros talleres?

No. Tienes que pensar que las escuelas que atendemos son sólo de aquí, de Santa Coloma de Gramenet. No podemos abarcar más, por ahora; cada año hay más demanda, pero es un servicio voluntario y no llegamos a más. Hay que dejar de trabajar para ir a las 09:00 o a las 10:00 a un taller, y no hay nadie que cobre por esta actividad.

Hemos hablado de las tertulias, los talleres que hacéis con los alumnos de secundaria; sé que vuestro trabajo con las comunidades está también reconocido.

Sí, la otra actividad es la plataforma con las comunidades de cara a negociar con el Ayuntamiento temas como la apertura de centros de culto, cuestiones que pueda haber de cara a las administraciones públicas. Esto tiene un éxito relativo, pero bueno, vamos haciendo. Por ejemplo, hace dos años, hubo en Santa Coloma una moratoria para los centros de culto; tuvimos que negociar con el Ayuntamiento, y los resultados han sido satisfactorios.

Supongo que, además de los vínculos que podáis tener con la Administración pública, también trabajáis la relación entre las comunidades religiosas existentes en Santa Coloma. Como miembros estables de esta asociación, ¿cuántos sois y de qué tradiciones?

Socios, somos entre 40 y 50, pero activos somos 7 u 8. Las religiones presentes: católicos, protestantes, musulmanes, sijs, metodistas luteranos, pentecostales y ateos.

¿Continúan habiendo conflictos interreligiosos en espacios públicos?

Es que el hecho religioso en sí mismo no es fuente de conflicto nunca; son otras cuestiones las que provocan tensiones (estereotipos, prejuicios, antisemitismo, islamofobia) y no el hecho religioso en sí, que, además, es muy desconocido. Este miedo que hay para abrir los centros de culto, yo, personalmente, nunca lo he entendido, si no es con una lectura discriminatoria. Uno de los argumentos recurrentes de queja es que el centro de culto provoca ruido. Cuando se reza, ¿qué ruido se hace? Hay muchos otros espacios más ruidosos. La no normalización de los espacios de culto dificulta temas como el aprendizaje, que se deberá hacer de forma secundaria, en centros cívicos, y no se hace ni con dignidad ni en condiciones. Se está transmitiendo a los creyentes de estas comunidades un mensaje de no aceptación, de tener que ocultarse… lo cual es una hipocresía, porque tú vas por la calle y puedes identificar perfectamente que en Santa Coloma hay diversidad.

Sí, yo sólo he estado una hora y es evidente que hay diversidad en la calle. Última pregunta, Rafa, sólo por curiosidad, ¿como llegáis a las comunidades?

Muy fácil, a puerta fría. Por ejemplo, ahora nos queremos acercar a una comunidad cristiana china: nosotros nos plantamos allí, y ya está. Les decimos quienes somos y que vamos a ver qué hacen, que queremos conocer. Puedes tardar meses en establecer el vínculo, pero, poco a poco, vas teniendo retornos. Los jóvenes son de gran ayuda, son la vía para llegar a los adultos. Las mujeres también tienen un papel importante, central; el papel de la mujer como mediadora es fundamental.

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Imagen extraída de: El Periódico

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Estudió Periodismo (UAB), Cultura de Paz y Gestión de Conflictos (UAB) y Mediación profesional (UPF). Ha trabajado en diferentes departamentos de comunicación dentro del tercer sector: Fundació Arrels, Cristianismo y Justicia, Co-operation Ireland, Migra Studium, la Fundación Social de Hijas de la Caridad. Desde 2006 colabora con la redacción de El Ciervo donde se elaboran las revistas de Foc Nou y El Ciervo, primero como redactora, luego como jefa de redacción y ahora en el consejo de dirección. Actualmente, es responsable de comunicación en el Instituto de Ciencias Religiosas de Barcelona y es mediadora de conflictos familiares en Weidemann BCN. Colabora con varios medios, entre ellos, Catalunya Religió.
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