
Berta Cáceres era una indomable con talante de estadista
Voces. Ismael Moreno. [Sinpermiso] Si uno pensaba en alguna candidata a la Presidencia de la República, que representara los intereses de la nación, los anhelos de toda la población y que lo hiciera desde los más pobres, esa era Berta Cáceres, “la Niña guardiana de los ríos”, una mujer indomable, insobornable. Por eso la mataron.
El crimen de Berta Cáceres quedará en la impunidad. Todas las fuerzas oscuras del país, bajo el mando de la empresa DESA, que tiene aliados en el Ministerio Público, así lo han decidido. Y en el aire enrarecido de este país prevalecerá lo que esas fuerzas han regado a través del poder mediático: se trató de un crimen pasional teñido de conflictos internos en la organización que Berta fundó. Sólo la presión popular interna, en estrecha articulación con las voces de la solidaridad internacional, podrán revertir esta impunidad. (more…)

Romero viu
Jorge Abad. Romero viu. O, almenys, això deien les pancartes que, poques hores després del seu assassinat, tanta gent va esgrimir, fa ja trenta-cinc anys. I és que és cert. Malgrat que amb aquell fatal tret van acabar amb la seva vida, no ho van fer així amb la seva obra. Perquè la seva obra era el seu poble. I el seu poble vivia. Viu. I viurà.
I ho farà amb el missatge del monsenyor. Tolerància. Justícia. Lluita. Constància. Temprança. Pau. Fa uns dies van arribar a les meves orelles unes paraules breus però encertades: no sabem el que és la Pau. No ha de ser entesa com la fi d’un armistici. La Pau va molt més enllà. És aquesta joia per viure, aquesta il·lusió en cada mirada d’un nen, aquesta tranquil·litat en la veu d’un ancià, aquest ímpetu en els moviments d’un jove. És el do amb què el Mestre saludava els seus deixebles, abans de tornar al Pare. (more…)

“Cese la represión”
Victor Codina. En 1986 fui invitado a dictar un semestre de clases en la Universidad Centro Americana (UCA) de El Salvador. Una tarde visité con Jon Sobrino el hospital de la Divina Providencia donde vivía y fue asesinado Mons. Romero. Una religiosa del hospital nos acompañó en la vista y nos dijo que en la noche del sábado 22 al domingo 23 de marzo de 1980 ella vio la luz prendida en la casita de Monseñor. Fue a verle para saber si le pasaba algo y Romero le dijo que estaba bien, pero que estaba preparando una homilía muy importante para el día siguiente.
El domingo 23 de marzo Romero tuvo una homilía profética en la que dirigiéndose a los militares y a los soldados les suplicó, les rogó, les ordenó en nombre de Dios y del sufrido pueblo salvadoreño cuyos lamentos suben hasta al cielo, que cesase la represión: “Cese la represión”. (more…)

El mes de Luis Espinal, mártir
Xavier Albó. [La Razón -Bolivia-] Al final de mi columna anterior (LR 15 febrero de 2015) ya sugería que Espinal podría ser incluido en la larga lista de mártires modernos, compañeros de martirio de San (Óscar Arnulfo) Romero no por haber sido victimados en el mismo pelotón de fusilamiento, sino por unos gobiernos y dictaduras militares semejantes que, aun llamándose a veces explícitamente “cristianos” (como Ríos Montt, en Guatemala), “odiaban” sistemáticamente el principio y derecho fundamental del amor y solidaridad con los pobres y marginados. Por eso persiguieron y mataron a algunos de los defensores más prominentes de esos derechos.
Limitándome a Lucho Espinal, meses antes ya habían dinamitado el semanario Aquí, del que periodistas de las principales tendencias de izquierda coincidieron en que él sería el director consensuado por todos. (more…)

“El Pueblo es mi profeta”
José María Segura. “Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios… les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!” (Homilías, 23-3-1980)[1]. Una semana más tarde era asesinado. ¿Cómo llego monseñor a ser “San Romero de América”? porque el autor de esta homilía es el mismo Romero que en la matanza de Tres Calles en la que murieron 6 campesinos (21-6-1971) escribió al presidente pidiendo justicia pero sin atreverse a protestar públicamente. Romero no fue un revolucionario, a no ser un revolucionario del amor fundado en el evangelio. Fue un buen conocedor de Medellín y de Puebla, como también del CVII y de Santo Tomás y de Agustín. A todos ellos apela en sus homilías y es en la moral cristiana más ortodoxa donde ancla sus homilías más incendiarias como la que abre este post. La que quizás determinó su muerte porque los mando militares interpretaron que llamaba al motín a las bases militares a quienes ordenaba desobedecer las órdenes inmorales que mandan matar a campesinos indefensos. (more…)

Monseñor Romero a los altares
Victor Codina. El día lunes 24 de marzo de 1980, dos días después del asesinato de Luis Espinal en La Paz, un jeep se detuvo unos segundos ante la puerta de la capilla del hospital de La Providencia de San Salvador, donde celebraba la eucaristía Mons. Romero y un experto francotirador le disparó al pecho. Romero cayó ensangrentado y mortalmente herido; camino del Policlínico pronunció sus últimas palabras: “Que Dios les perdone”.
¿Por qué mataron a Romero? Un campesino salvadoreño lo expresó sencillamente: “Monseñor Romero dijo la verdad. Nos defendió a los pobres. Y por eso lo mataron”. Un día antes de su asesinato, Romero en su homilía dominical en la catedral, había pedido y ordenado al ejército en nombre de Dios y del sufrido pueblo salvadoreño que cesase la represión. Estas proféticas palabras que resumen lo que Romero había dicho y hecho durante sus tres años de arzobispo, fueron sin duda el detonante último de su muerte. (more…)
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