“Se requiere una buena imaginación para darse cuenta de que el feminismo (…) es el movimiento por y para la humanidad. Caer en la cuenta es ya un comienzo de un salto cualitativo en el ser (…) imaginativo-cerebral-emocional-activo-creativo”, afirma la autora Mary Daly (1928-2010) en su obra de 1973 Beyond God the Father. Lo que por aquel entonces se imaginaba, en la presente obra, Pure Lust (1984), se hace realidad. Se trata de la traducción de este clásico de filosofía y teología feminista radical al castellano.
El título Pura lujuria. Filosofía feminista elemental enfatiza el oxímoron entre la pureza que -según la lógica patriarcal- no se podría atribuir a la lujuria y expresa -a estilo juguetón del léxico de Daly- lo que la autora llama “pecar a lo grande”: denunciar la doble moral patriarcal, proponer los principios éticos biofílicos y ofrecer las bases filosóficas de un sistema ético feminista tan claro y ordenado como el propuesto por Tomás de Aquino.
Las inquietudes de la teóloga, parten de su interés político-científico y de su situación existencial de pionera: una de las primeras doctoras en teología católica, una de las primeras profesoras en una facultad de teología del Boston College (EEUU), una mujer que se implicó en la lucha por el cambio del papel de las mujeres en nuestra sociedad.
La inspiración del libro es triple:
- Marca una línea de continuidad con su obra anterior Gyn/Ecology. “Pura Lujuria sugiere la gracia, la esperanza y la armonía cósmica de aquellas mujeres que eligen escapar del estado del cautiverio para seguir los deseos más profundos de sus corazones, conectar desde el Espíritu Inquisitivo y Viajero con las auras de los animales y las plantas, moverse en comunión planetaria con las estrellas más lejanas”.
- La inspiración volcánica de las Piroesferas se apoya en la experiencia. “Cuando volaba a Seattle para dar una conferencia en la Universidad de Washington, el 12 de mayo de 1980, el avión se elevó antes el volcán Monte Santa Helena que arrojaba grandes bocanadas de humo blanco, advirtiendo de su erupción inminente”. La erupción se produjo el 18 de mayo.
- No es un ensayo teórico, sino práctico y político: “El mundo que avanzaba hacia 1980, la época de Reagan, la década del conservadurismo y decadencia creciente, nosotras, las mujeres, las gatas, las Otras criaturas elementales luchábamos por mantenernos firmes contra las malas vibraciones del contexto político y social, contra el vendaval de la regresión patriarcal”.
Los principios biofílicos que propone la autora son:
- Aprender a confiar en el juicio propio: “el proceso de escribir Pura Lujuria era comprometerme con la tarea esencial de la Filósofa Feminista Elemental; la de confiar en los poderes profundos de discernimiento de una misma y de comunicar tal conocimiento, Actuar en consecuencia”.
- No sucumbir ante la Inquisición: “aunque fue un proceso agotador, la inquisición contribuyó al desarrollo de algunas ideas de Pura Lujuria: síndrome sadoespiritual, la academencia, la aburro-cracia, la casta de las tocables, la ausencia de la Presencia (…) aunque ésta no es comparable con los Dones del Mundo Elemental y sus Habitantes”.
- Vivir las Pasiones auténticas: “tal como las sienten las mujeres que experimentan transformaciones en el habla, la conciencia y las acciones, para designar tales virtudes: como la fe etérea, dar saltos de esperanza y vincularse biofílicamente”.
La originalidad de la obra estructurada en tres fases Arquiesferas, Piroesferas y Metamorfoesferas consiste en la articulación de la: (1) crítica de la ciencia, filosofía y teologías (incluido su método-ideología) contra la que receta la metodoclasia, con la (2) re-membranza (el re-cordar) las vidas y las her-storias de las mujeres, para (3) imaginar nuevas prácticas sociales que transformen el mundo biofílicamente.
Daly consigue conectar la epistemología (teoría del conocimiento) y la hermenéutica (teorías de la interpretación), permitiendo a la teología avanzar hacia una representación (Gestalt) y reconocimiento (momento ético) para que cobre una visión de la realidad holística, mediada también por las mujeres y equilibrada. No fractura las identidades al decidir salirse del patriarcado. Desde la diversidad de movimientos feministas ofrece estructuras de pensamiento que permiten acuerdos de mínimos.
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