Cristina Manzanedo. Partimos de la certeza de que hoy, más que nunca, vivimos tiempos que urgen de la mejor disposición personal y colectiva, de un actuar científico y responsable en cada uno de los países, y del compromiso absoluto de no dejar a nadie “fuera”.

La migración forzada conlleva realidades que suelen ser dejadas de lado, cuando no se culpabiliza a quienes abandonan sus países y se ponen trabas a su llegada y estancia legal al país de destino. Desde Europa y desde América Latina, Entreculturas y la Red Jesuita con Migrantes (RJM) latinoamericana hemos difundido hoy un comunicado para visibilizar algunas consecuencias específicas de la crisis sobre la población migrante y la necesidad de las siguientes medidas:

  1. Frenar el internamiento y las deportaciones. Al riesgo en nuestros países, hay que sumar la desprotección de las personas deportadas al ingresar al territorio del que son nacionales.
  2. Proteger a las personas en movilidad, evitar que se contagien y que puedan contagiar e informarles debidamente para reducir los riesgos. Ofrecer recursos de salud a los centros de primera acogida de migrantes y a los centros de refugiados/as, donde conviven un elevado número de personas. Es urgente la capacitación y la provisión de material médico para tomar las medidas necesarias de carácter preventivo. Sin desestimar el cuidado del personal que trabajan con ellos/as.
  3. Las personas migrantes y refugiadas dinamizan las sociedades de las que forman parte y están prestando servicios indispensables en diversas áreas, como personal sanitario, el cuidado de niños y de personas adultas mayores, limpieza, supermercados, transporte y muchas otras áreas. En otras palabras, están colaborando para que la vida siga o resurja. Es momento de realizar una reflexión argumentada sobre el aporte que hace la población migrante y refugiada a nuestras sociedades y que por tanto no puede quedar excluida de un abordaje integral de la crisis. Nos necesitamos todos y todas para salir de esta pandemia. Para ayudarnos a superar la crisis económica que se nos viene encima, necesitaremos también de las personas que han migrado. La política migratoria de cada país deberá reforzar sus estrategias de integración en este contexto.
  4. Nos corresponde como RJM y Entreculturas ser parte de la solución y apoyar en cada uno de los países con la entrega de contenidos informativos serios y accesibles, que propicien que las personas migrantes, refugiadas y desplazadas minimicen los peligros de contagio o falta de atención médica. Máxime cuando muchos países están asumiendo medidas de cierre de fronteras aéreas y terrestres.

Nuestros continentes están unidos por un delgado cordón que nos sostiene hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. No es momento de tirar fuerte de un extremo o del otro. Es hora de lograr equilibrios y acciones colaborativas que nos protejan sin discriminación, sin acaparamiento, sin miedos y sin egoísmo. Superaremos esta crisis sino dejamos a nadie fuera.

La solidaridad se impone como el más efectivo de los protocolos.

***

*Cristina Manzanedo es coordinadora de migraciones en Entreculturas.

**En este enclace podéis leer el comunicado completo de la Red Jesuita con Migrantes LAC

Imatge de Free-Photos extreta de Pixabay

T'AGRADA EL QUE HAS LLEGIT?
Per continuar fent possible la nostra tasca de reflexió, necessitem el teu suport.
Amb només 1,5 € al mes fas possible aquest espai.

Groc esperança
Anuari 2023

Després de la molt bona rebuda de l'any anterior, torna l'anuari de Cristianisme i Justícia.

Article anteriorLas repercusiones de la crisis del coronavirus en el sistema penitenciario
Article següentOn és Déu?

DEIXA UN COMENTARI

Introdueix el teu comentari.
Please enter your name here