Ha sido presentado el décimosegundo informe sobre los Centros de Internamiento de Extranjeros en España que el Servicio Jesuita a Migrantes publica anualmente desde 2010. Cuando han transcurrido todos estos años y tantos informes, parece que poco más se puede añadir a la realidad del internamiento y el sistema de expulsión en España. Sin embargo, la privación de libertad migratoria sigue siendo un elemento clave de la política de control de fronteras en nuestro país. Y esa centralidad concede a los CIE un papel real y también simbólico que no cesa de crecer.
El informe de 2021, el presentado ahora, se titula conscientemente “Territorio hostil”. Es un informe de análisis cualitativo, pues describe un elenco de sucesos y acontecimientos vividos y sufridos por los internos visitados por los equipos de voluntariado del SJM en los CIE de Algeciras, Barcelona, Madrid y Valencia.
Podría objetarse por los defensores del status quo que el informe se detiene en una especie de anecdotario irrelevante para una mirada general y comprensiva; que el informe distorsiona situaciones personales y aisladas para enjuiciar ideológicamente el sistema de prisión migratoria y deportación; que expurgar algunos casos aislados, sacados de contexto, es hacer trampas…
Es habitual que al SJM se le cuestione la validez de la denuncia que no se basa en datos estadísticos, o en cifras. Y sobre todo, en muchos datos o en datos lo más extensos posibles. Este es simplemente un sesgo impuesto por el pensamiento científico. Es una limitación de la validez exigida por esta lógica empírico-inductiva que es la hegemónica en la actualidad. Todo debe ser científico, basado en los datos de la experiencia, hasta la extenuación. Todo, hasta los informes CIE. En esta lógica inductivo-científica, la extensión de la población-muestra es la clave de la validez admitida de las conclusiones. Cuantos más casos iguales, mayor probabilidad de repetición del suceso: se busca el datum quantum. Este paradigma pretende ser más objetivo y menos subjetivo. En apariencia.
En la lógica política hegemónica, que es defensiva y cínica, y que está contaminada por la científica, se arguye entonces que los casos de desviación, infracción, vulneración, son como mucho casos aislados… No son significativos. Son sucesos anecdóticos, casi azarosos, de los cuales no cabe extraer conclusiones válidas.
Pero la cuestión de fondo que plantea el informe sobre CIE del SJM es otra. El SJM está centrando el debate en los derechos de las personas privadas de libertad en los CIE. Y nada más.
El discurso de los derechos humanos no debe dejarse atrapar en las exigencias de la falaz lógica política. Siempre que se producen asesinatos y agresiones racistas, personas bienintencionadas se preguntan: “¿cuántos casos aislados deben ocurrir para hablar de sociedad racista?” La pregunta está mal formulada. Debería decirse: “¿cuántos casos racistas deben ocurrir para hablar de sociedad racista?” El racismo no está en n casos o en n+1 casos. El racismo está en cada suceso individual. O no está. Por lo tanto, un solo caso racista habla de una sociedad racista. Incluso entre personas comprometidas, activistas de derechos humanos, de movimientos y organizaciones sociales, el paradigma mental del datum quantum está presente de algún modo.
Pero como se ha dicho más arriba, cuando se trata de los CIE, en el fondo se trata de derechos. En derecho, los hechos son concluyentes. Por ejemplo, en derecho civil la voluntad tácita observada una sola vez genera derechos y obligaciones contractuales. En derecho no estamos ante el datum quantum, sino ante el factum concludens. No datos, sino hechos. No muchos hechos, sino significativos, verdaderos (aunque sean uno solo).
Jacques Derrida distinguía entre los sucesos de la historia y los acontecimientos de la misma. La diferencia está en que un acontecimiento es un suceso dicho, como puesto encima de la mesa. Los meros sucesos, de ser aislados, pura anécdota, son elevados a la categoría de acontecimiento cuando son dichos. Es lo que en parte hace el informe sobre CIE: detecta los hechos que merecen ser dichos y los eleva a categorías.
El informe CIE habla de hechos, de los facta concludentia. No solamente se trata de salpimentar el texto con los testimonios de los internos o de las visitas. El informe describe con detalle algunas relaciones directas que el SJM ha mantenido con los internos y con la administración y organismos públicos (direcciones CIE, jueces, fiscales, Defensor Pueblo) en tanto en cuanto estas relaciones en las que el SJM ha sido protagonista son hechos concluyentes dignos de ser dichos.
Y, así, el informe convierte en acontecimientos á la derrida, en categorías que permiten concluir cualitativamente que sí que hay un acontecimiento concluyente (y objetivo y alarmante): la crisis y el retroceso de los derechos en el internamiento y en la expulsión. El CIE como territorio hostil.
Y detrás de esa constatación, la convicción del SJM de que cada persona privada de libertad en un CIE es digna de acogida, de respeto, de valoración y de acompañamiento. Ojalá todos los actores que intervienen en el sistema represivo de internamiento y deportación entiendan de forma cabal la convicción del SJM, la respeten e, incluso, la compartan.
[Imagen extraída del Servicio Jesuita a Migrantes]