Fratelli Tutti (FT) ha sido adjetivada como la encíclica más política y más social del papa Francisco, se dice que viene a ser un complemento o la segunda parte de, que forma un díptico con Laudato si’. Mucho se ha escrito y hablado sobre ella. No obstante hay un enfoque que echo de menos y por eso me lanzo a hacer mi discreta aportación.
En mi opinión, la FT es, en su corazón, una antropología teológica. Francisco, como “hermano universal” (S. Francisco de Asís y Charles de Foucauld) comparte su “mística de ojos abiertos”, su visión del mundo, su ensoñación de una “comunidad del amor” (Martin Luther King Jr), en la que “todos los hombres son hermanos” (Mahatma Ghandi). Me permito compartir este sencillo gráfico en el que trato de plasmar mi impresión: Francisco parte de una concepción del ser humano de la que dimana un modo de relacionarse con los otros (encuentro fraterno) y una forma de socializarse, una organización social (caridad y solidaridad políticas).
Esta concepción de la persona, “criada/creada para” (escribe San Ignacio en sus Ejercicios Espirituales), es decir con un propósito, misión, un para qué soñado por Dios, es por naturaleza “capaz de Dios”, “de otro”, “social”, “extática”…, “en salida”, “misionera”. Estas “categorías” son líneas vertebradoras (me parece) del pensamiento y, por tanto, de las encíclicas y textos de Francisco. Leída así, como una antropología teológica, la FT engarza como una cuenta más del rosario con la Evangelii Gaudium y la Laudato si’. El ser humano creado en comunidad, por un Dios que es comunidad de personas, criado en relación, llamado a ser con otros, se tiene que hacer cargo de otros para ser persona y en ello se juega su propio ser transcendental (“nadie se salva solo”) y así es “guardián de su hermanos” y encargado de cuidar de “la casa de común”.
Un aspecto llamativo de la FT es la cantidad de referencias veladas a otros textos y autores. Es inevitable evocar a Ellacuría y su zubiriana inteligencia sentiente (con su llamada a hacerse cargo de la realidad) al leer y meditar el texto del papa Francisco sobre el buen samaritano. Francisco nos insta a pasar a la acción, a ocuparnos de la transformación de la sociedad. Recupero esta extensa cita del cuaderno de Cristianisme i Justícia «Hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad» escrito por Pepe Laguna: “En diálogo con su maestro Zubiri, el mártir salvadoreño expande la «inteligencia sentiente» zubiriana hacia el campo de la acción, afirmando tres momentos en el conocimiento de la realidad: ‘se conoce la realidad cuando,además de hacerse cargo de la realidad (momento noético) y de cargar con la realidad (momento ético), uno se encarga de la realidad (momento práxico)’. Tres momentos perfectamente identificables en la parábola del buen samaritano y que ponen de relieve las notas fundamentales del servicio samaritano, a saber: inteligencia, compasión y compromiso.”
Son muchas también las referencias que subyacen a Martin Luther King y su “Beloved community”, la comunidad del amor que es la única alternativa frente a las tendencias violentas de exclusión del otro, de su demonización, de su segregación… “Chaos or communitty” escribirá Martin Luther King; “no hay alternativa” para una sociedad que quiera tener futuro que una acogida en gratuidad, fraterna, dice Francisco.
Es una encíclica, en mi opinión, insisto, más poética y provocadora que una aportación sistemática a la Doctrina Social de la Iglesia. La poesía, que permite la llamada a la épica: amarnos como hermanos, que los bienes sean comunes… “Si todo es de todos porque hay tanta gente que no tiene nada” se pregunta el cantautor y poeta Luis Guitarra… Que veamos a todos los seres humanos como revestidos de la dignidad de ser hijos/as de Dios y entendamos que cualquier forma de violencia ataca esa dignidad en las víctimas ¡y en el perpetrador! (Martin Luther King, Gandhi) y por eso pide el fin de la pena de muerte, la cadena perpetua, las guerras y las armas nucleares. Echo de menos referencias explícitas a San Romero de América aunque su llamamiento a la ONU y a gobiernos y políticos a hacer esfuerzos prácticos por revertir las dinámicas economicistas que favorecen a las multinacionales sobre el interés de la sociedad y el bien común, su llamada a no descartar a nadie, a dar voz a los excluidos, recuerde a quien fue “la voz de los sin voz”.
No me extiendo. He evitado encorsetar en una sistematización este comentario a la FT, precisamente porque quiero destacar su capacidad “evocadora” más que sistematizadora, porque en ella resuena el papa obispo, pastor… y místico de ojos abiertos. Léanla, récenla y comentamos.
Me gusta el enfoque. Echo de menos que no señales explícitamente que la «mística de los ojos abiertos» es de JB Metz cuando a otras expresiones le pones autor.