David CuestaEn el Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj, Julio Cortázar decía: «Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire». Nuestra época se ve marcada por una obsesión por la gestión y el control del tiempo para exprimirlo y disfrutarlo sin pararnos a pensarlo. Los tiempos de ocio se confunden a menudo con aquellos destinados a la actividad económica, condicionando nuestra vida. Es por ello que durante los meses de octubre y noviembre del pasado año Cristianisme i Justícia programó el curso «Atrapados por el tiempo. Repensar el tiempo para una vida en plenitud» en el que invitamos a seis personas de ámbitos diversos con el objetivo de reflexionar sobre cómo afecta a la fe y a la noción de esperanza la vivencia actual del tiempo.

Empezamos la primera sesión de la mano de Gema Juan, licenciada en farmacia y con estudios de música, que nos aportó el testimonio de alguien que desde la experiencia de la vida monástica y contemplativa -reside en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Puçol- reflexiona sobre el sentido del tiempo y la vida humana. «Festina lente» es el título que escogió Gemma Juan para la conferencia y, tal como ella nos recuerda, sintetiza la visión que los clásicos tenían del tiempo y que nosotros traduciríamos como «apresúrate lentamente».

Nos equivocaríamos si creyéramos que alguien que vive apartado del mundo desconoce la realidad de aquellos que viven apresurados por las exigencias de la vida cotidiana. Con el rigor de alguien que ha leído en profundidad la realidad y que se interesa por comprenderla, Juan busca respuestas a la pregunta sobre el tiempo en la filosofía y la teología. De san Agustín a Byung-Chul Han, pasando por Lluís Duch, Yuval Noah Harari, Simone Weil o Etty Hillesum, nuestra ponente busca las reflexiones que todos ellos han hecho sobre el tiempo y nos aporta los consejos necesarios para intuir los cambios que se producen en la sociedad en que vivimos. El desarrollo tecnológico, la sobreaceleración de los procesos productivos, el narcicismo, la falta de amor por la rutina diaria y la necesidad de distracción continua, el autocastigo y frustración por la pérdida de tiempo, así como la pretendida búsqueda de resultados óptimos en poco tiempo, conforman los aspectos que, según Juan, caracterizan nuestra época y sobre los cuales conviene reflexionar.

Confieso la dificultad de sintetizar el pensamiento de Gema Juan y exponerlo brevemente, dada la profundidad con que analiza las obras de los autores mencionados. Con todo y con ello, hago mención de tres lecturas que Juan nos recomienda para acercarnos a una nueva concepción sobre el tiempo de hoy y que pueden aportarnos un bagaje bien sólido: El arte de la vida, de Zygmunt Bauman; Rutina habitada, de Margarita Saldaña, y La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han.

Imagen extraída de: Pixabay

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