Xavier Casanovas. [Diari Ara] Si hay que agradecer a alguien la victoria de los demócratas en la Cámara de Representantes de EEUU, es en parte a la comunidad cristiana. Hace unos días leía sobre la campaña que miembros de la Iglesia evangélica impulsaron bajo el lema «Vote common good» [Vota por el bien común]. Cientos de voluntarios y voluntarias se dedicaron a recorrer los estados donde habían ganado los republicanos en las últimas elecciones y explicar que votar Trump es ir contra el Evangelio. Argumentos no les faltaban: familias brutalmente separadas en la frontera, menosprecio hacia las mujeres, ultranacionalismo, voluntad de volver al juego de la Guerra Fría fomentando el militarismo… Todas son razones más que suficientes para afirmar que, efectivamente, el discurso de Trump es antievangélico.

Los evangelistas no son los únicos que se han pronunciado. Con una gran finura pero sin pelos en la lengua, el jesuita estadounidense James Martin se pronunciaba recientemente en Facebook en un video que ya lleva 28 millones de reproducciones y donde afirmaba lo siguiente: «El presidente dijo el otro día que [los inmigrantes] están infestando nuestro país como si fueran parásitos. Así es como los líderes nazis hablaban de los judíos».

Viendo el empuje de la entrada de cristianos en el debate político americano, me vienen a la mente dos reflexiones importantes.

La primera es sobre la secularización y el espacio público. Hace unos meses José Casanova, profesor de sociología en Georgetown, en su paso por Barcelona explicaba que lo que es propio de las sociedades altamente secularizadas no es el crecimiento del ateísmo, sino el aumento de la pluralidad religiosa. Es decir, la expresión diversa de nuestra confesión y la posibilidad de que sea compartida en el espacio público y, por tanto, interpelada también por el debate político. Hay que reconocer que esto en países como Estados Unidos es mucho más claro y, a pesar del peligro de convertir las religiones en un mercado de propuestas espirituales que pretenden ser todas las más atractivas, tiene algo de liberador. Me parece un signo de sociedad abierta y madura poder hacer interactuar discurso religioso y discurso político con esta naturalidad y no dejar nuestras creencias tan sólo para el espacio privado, donde nada puede ser confrontado y todo acaba oliendo a cerrado y enmohecido.

La segunda es que también en Europa nos convendría que las religiones se plantaran ante el actual crecimiento de la extrema derecha y el fascismo que llega. Los obispos y la Iglesia francesa, por ejemplo, han sido reticentes a pronunciarse sobre el discurso de un partido xenófobo como el Frente Nacional. Tampoco los católicos españoles parecen muy inquietos por el ascenso de discursos similares en nuestro país, ni interesados ​​en mostrar ya, y definitivamente, una ruptura con los diferentes tics nacionalcatólicos que aún colean. Hay que ser muy claros en este debate, antes que nada porque estos movimientos de ultraderecha cooptan el discurso religioso para justificarse y apelar a una cierta pureza o autenticidad. Y en segundo lugar porque nos conviene, si no queremos repetir episodios nefastos de nuestro pasado, trabajar en todos los frentes para detener el peligroso crecimiento de este tipo de propuestas políticas contrarias a los más elementales derechos humanos.

No nos engañemos, sabemos que repetir insistentemente que vendrá el lobo no sirve de gran cosa, sobre todo cuando el lobo ya lo tenemos aquí y viene hambriento de odio. Hay que detener los síntomas pero sobre todo hay que ir a la raíz de la pregunta: ¿por qué cada vez más gente abraza discursos de carácter fascista? Si ya es tarde para responder a esta pregunta es en parte porque ya hemos llegado tarde antes, cuando hemos hecho la vista gorda a unas políticas de frontera que son claramente criminales, o a una lógica económica que puesta al servicio del capital y del máximo lucro está aplastando a las mismas familias que la Iglesia, por otra parte, tanto desea proteger.

Me gustaría ver, también en nuestro país, a muchas personas creyentes haciendo campaña activa contra la usura, contra el odio al diferente, y levantando la voz contra aquellos partidos que muestran un nulo respeto a la dignidad humana más elemental. Hay que contar con las religiones para hacer frente al fascismo que llega y no dejar que arraigue ni levante la cabeza en nuestro país.

Imagen extraída de: Pixabay

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Licenciado en matemáticas y master en filosofía. Profesor adjunto en la Cátedra de Ética y Pensamiento Cristiano del IQS-Universitat Ramon Llull. Ha sido director del centro de estudios Cristianisme i Justícia y es autor del cuaderno CJ Fiscalidad justa, una lucha global.
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11 Comentarios

  1. No confundir por favor las politicas y dadivas religiosas que sostienen gobiernos y estan al servicio del »lavado de cerebro’ sembrando el miedo al otro diferente, el odio a los movimientos LGTB, y financiando campanas politicas que resultan en gobiernos fascistas. Estas Iglesias evagelicas se han multiplicado en America Latina y colaboran en las politicas fascistas, ej.: apoyo economico a la campana de Balsonaro en Brasil, entrada al apoyo del gobierno neoliberal argentine que siembra pobreza y hambre…. No liberan a nadie de nada. Son un peligro extremo, lavado de cerebro y odio al diferente (gay, trans, negro, pobre o lo que sea que NO obedezca a sus proclamas, feministas, etc.). Como catolica liberal y activista reniego de esta relacion entre Estado e Iglesia. Que cada uno haga su trabajo en el area que le corresponde sin mezclar capitales ni condicionar agendas politicas que afectan a toda la Sociedad. Vivo en USA hace mas de 15 anyos y reniego del ‘matrimonio’ entre republicanos y otros grupos conservadores evangelicos ‘cristianos’. Dejar a cada uno que crea en lo que pueda…y puede y luchar por la tolerancia, la inclusion del diferente y la aceptacion de la riqueza de comunicades multi/culturales/religiosas con sus aportes respectivos. Oponerse al fascismo no es sostener la entrada de capitales y el financiamiento de campanas politicas por parte de grupos cristianos… y esto es un hecho, no es una fantasia. Hablo de America (del norte y del sur), no se hasta donde en Europa han llegado a introducirse con sus asambleas masivas y el ‘enermigo’ [demonio] latiendo en lo que no esta con ellos.

  2. No estaría mal tampoco que los cristianos protestáramos un poco de la continua «zafiedad» anti-religiosa, que esgrimen como libertad de expresión las extremas izquierdas y que tenemos que soportar en aras de no crear problemas ciudadanos.

  3. Zulema, agradezco tu comentario tan contextualizado. Evidentemente el artículo tiene como referencia la situación en España y por extensión al conjunto de Europa. Lo que pretendía era pedir una cierta normalización de la presencia religiosa en el espacio público y a raíz de esta, la posibilidad que los cristianos se expresen libremente y lo haga, sobretodo en aquellas cuestiones que son lineas rojas en cuanto a derechos humanos y evangelio.

  4. Estimado Sr. Casanovas,
    gracias por su artículo que considero oportuno y que de buen grado acepto en su in tegridad. No obstante, me permito a modo de ejemplo un par de reflexiones sobre situaciones paralelas tanto a nivel nacional como internacional.
    1.-La irrupción del partido VOX en Espanha, » Tanquam bestiam qui ascendit de abysso» tendrá algo que ver con el hartazgo de los ciudadanos con los partidos que han determinado en parte el futuro político del país. A nadie, con cierto espíritu crítico , no le deja indiferente el hecho de que nosotros como cristianos nos veamos vilipendiados por parte de políticos y «Mas Media». Ser critiano y manifestarse como tal constituye en determinados ambientes motivo de risa, o más bien de mofa. A modo de ejemplo: un diario de tirada nacional está haciendo una «cruzada» azuzando a dar nombres de miembros de la iglesia que hayan podido verse implicados en abusos sexuales con menores. Dónde está la presunción de inocencia..?
    2 .-Todo migrante debe ser rescatado y atendido según nuestras posibilidades. El problema es de tal envergadura que el rescate de por si no ofrece soluciones viables. Cuántos migrantes de África y otros lugares podemos atender y ayudar. Un millón, dos ,tres millones. Solamente una solución a nivel global podría aportar soluciones eficaces y duraderas.
    Por último, dónde están Leonardo Boff y Ricardo Gutiérrez entre muchos otros, primeras figuras de la Teología de la Liberación? Las «empresas evangelicales» han sustituido la liberación por el negocio. Por lo demás, un país-Brasil-con tanta corrupción y volencia con más de 60.000 (sesenta mil asesinatos) por anho o puede permanecer inmune ante tantas calamidades. Este Senhor además de Bolsonaro se llama Mesias.
    Un saludo cordial desde Düsseldorf(Alemania)

  5. Apreciado Julio, le agradezco sus comentarios. El artículo fue publicado antes de que los dos ejemplos que usted propone emergieran. Era la intuición de un movimiento global sobre el que los cristianos debemos tener una palabra.

    Déjeme apuntar solamente una cosa. Creo que tiene toda la razón en qué, la ridiculización o un laicismo agresivo frente a las opciones religiosas, genera un movimiento contrario de posicionamiento fuerte e identitario en lo religioso. Pero creo, y estoy seguro que estará de acuerdo, que la forma de combatir este laicismo (que no laicidad) no es atrincherándose y marcando diferencias, sino desde la propuesta y el compromiso y la visibilización de todo aquello que el hecho religioso aporta de bueno a nuestra sociedad.

    Atentamente.

  6. Siento disentir profundamente en que Bolsonaro se llame Mesías.
    En Europa crece la extrema derecha porque ahora le toca al capital reducir subvenciones para minorías, programas de inclusión y demás.
    Por supuesto, está el problema de la migración y que los hombres no están dispuestos a apearse del patriarcado.
    Pero en España, además de todos esos problemas, tenemos la insolidaridad de los catalanes independentistas ( que solo lo hacen para ser más ricos y no compartir con las regiones pobres) que ha creado una situación de agravio e insulto a los «españoles» que es el principal combustible de Vox.
    Y, como el pecado español es el orgullo, me temo que hay Vox para rato.

  7. Pequenha anotación para María Luisa. He leído en el periódico alemán: Frankfurter Allgemeine Zeitung» que el nombre completo del Sr. Bolsonaro-recientemente confirmado en su cargo como presidente de Brasil, se llama: Jair MESSIAS Bolsonaro. Un saludo cordial. Julio González-Düsseldorf

  8. Formidable los comentarios. Sosegados y justamente medidos. Es un tema fundamental que hay que abordar si creemos que el espiritu de Dios nos llama a aportar nuestra luz en este mundo lleno de tanta corrupcion y materialismo rapaz. Hay que dialogar y conversar con los supuestos lideres antagonicos que se ocultan como si fueran iluminados contra lo religioso y sus valores positivivos. La narrativa del laicismo es apabullante y discola. Que Dios nos ayude!

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