Francisco, desde el comienzo de su pontificado, nos sorprende con gestos simbólicos: abrazar a enfermos, ir a Lampedusa y Lesbos, viajar en un coche utilitario, vivir fuera de los Palacios Vaticanos, etc. También suele emplear expresiones muy gráficas: oler a oveja, hospital de campaña, puertas abiertas, hacer lío, casa común, Alzheimer espiritual, economía que mata, cara de funeral, sonrisa de azafata, las tres “T” necesarias para vivir : techo, trabajo, tierra, etc.
Junto a estas imágenes populares, Francisco ha añadido dos nuevas imágenes geométricas: el poliedro y la pirámide invertida.
Poliedro no es la clásica esfera redonda donde cada punto es equidistante del centro y no hay diferencias entre unos y otros, sino una figura en la que confluyen todas las parcialidades que conservan su propia originalidad, de modo que la identidad peculiar se integra cordialmente en la comunidad y la enriquece, sin quedar aislada ni esterilizada.
En el modelo del poliedro la Iglesia invita a la comunidad cristiana a los pobres con su cultura y su piedad, a las mujeres, a jóvenes y ancianos, a académicos, empresarios y artistas. Es la Iglesia del diálogo con las diversas configuraciones sexuales, con las diversas culturas, religiones e Iglesias. No es la esfera rígida, uniforme y cuestionadora de las diferencias (La alegría del evangelio, 235-237).
La imagen de la pirámide es más conocida, aunque sea solo por las pirámides de Egipto: un polígono cuyas caras son triángulos que se juntan en el vértice de la cúspide. Aquí la originalidad de Francisco consiste en afirmar que la Iglesia ha de ser una pirámide invertida, con el Pueblo de Dios en la cúspide y los obispos y el papa abajo, a su servicio, como Jesús que vino a servir y no a ser servido. Es una crítica al centralismo patriarcal y jerárquico, al recalcitrante clericalismo y una invitación a escucharse y dialogar entre todos los miembros de la Iglesia, ya que todos caminamos conjuntamente hacia el Reino de Dios.
Tanto el poliedro como la pirámide invertida son aplicables también a la sociedad y a la política. Frente a una sociedad uniforme y eliminadora de las diferencias culturales o políticas, consideradas protuberancias peligrosas, el poliedro aprecia, respeta y protege la diversidad, no la encarcela. La pirámide invertida es una invitación a escuchar al pueblo, a oír a los que ordinariamente están abajo, a buscar el bien común y a no convertir la política en provecho de los dirigentes.
Ambas parábolas son fuertemente revulsivas para la Iglesia y la sociedad, y no nos ha de extrañar que Francisco sea fuertemente criticado por los defensores de la esfera clásica y de las pirámides egipcias, sobre todo en estos tiempos de conservadurismo eclesial y vientos de neofascismo político.
Pero a través de estas dos imágenes se percibe la frescura evangélica de las parábolas de Jesús de Nazaret: el Reino de los cielos es como un poliedro… El Reino de los cielos es también como una pirámide invertida. Dichosos los que no se escandalizan de ello y lo ponen en práctica.
[Imagen extraída de Pixabay]
Buen capotazo a los disparates de Francisco. Pues Francisco habla de la verdad poliédrica, imagen viva de un relativismo inequívoco. Aplicado a la teología produce resultados como la justificación sola fide, al exaltar a Lutero como testigo del Evangelio. O en moral negar la existencia de unos principios universales de acción. Para que sea eficaz la metáfora hay que denigrar al que la contradiga: rígidos, pelagianos. Pero por ahí no se nos libera del lodazal de la Amoris Laetitia, ni de la comunión al que no cree en la presencia real, por mucho que defienda, en el mejor de los casos una presencia simbólica. Bien está la pirámide invertida si la entendemos como servicio, según nos enseñó el Señor, pero las llaves del reino no las tiene el simple bautizado, sino el que Cristo quiso. Y por eso tienen la misión de confirmar a sus hermanos en la fe.
El padre Codina encontrará material en otras metáforas, como la longitud del tiempo frente al espacio o la existencia de una ecología integral. Claro que a los conceptos se les puede dar el significado que uno quiera. Pero, ¿por qué tomar por acertadas unas expresiones que chocan contra los rudimentos de la física y la ecología? Toda ecología es ecología que incluye al hombre, de una manera u otra, salvo que hablemos de ecosistemas alejados o muy confinados.
No me imagino yo a ningún pontífice reciente cometer esos dislates por muy accesible que se quiera ser. Es como si defendiéramos el hilemorfismo en versión copain.
Nuestra Iglesia Católica Siempre ha Sido atacada por Los Masones y por los Judios
Quieren destruirla. Tuvimos un Papa Judío infiltrado en el Vaticano y fue expulsado en 8 Días.
Después te mando la Referencia : Del Libro :
América Peligra editado 1964. Lo presté a Carlos
» Las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia… «
Las imágenes me parecen interesantes siempre que se apeguen al Evangelio y se distancien de las ideologías, como justamente ocurre en el último párrafo; porque intuyo que cuando hablan de neofascismo meten en este saco a VOX, al PP y C’s, a Bolsonaro en Brasil, a Trump… y a tantos otros que no tienen como centro de sus vidas al marxismo, aunque venga edulcorado como socialismo y no sea más que un comunismo del siglo XXI.
[…] pirámide invertida, con los laicos arriba, y abajo el papa y los obispos y molesta que diga que la Iglesia es poliédrica y, sobre todo, sinodal, hacemos todos el mismo camino juntos, nos hemos de escuchar y dialogar, […]
caray viva la diversidad con religiones y entonces para que carajos hizo nuestro Señor Jesucristo una sola Iglesia santa, católica y apostolica …si todo es igual …y eso de diversidad de sexos entonces todo esta permitido esto es un gran error
A favor del Papa. La iglesia siempre ha tenido enemigos, desde dentro (Judas Iscariote) y desde fuera (Los arianos, los judíos, los masones, los homosexuales. Etc. Etc. Las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia de Cristo.
[…] pirámide invertida, con los laicos arriba, y abajo el papa y los obispos y molesta que diga que la Iglesia es poliédrica y, sobre todo, sinodal, hacemos todos el mismo camino juntos, nos hemos de escuchar y dialogar, […]