El pasado viernes 2 de septiembre Isabel Solà murió asesinada en Puerto Príncipe, Haití. Su vida entregada y el testimonio de su martirio nos recuerda de nuevo como, entre los más pobres, personas cautivadas por la figura del Jesús de Nazaret viven de manera dispuesta a dar la vida hasta el extremo. La carta escrita por Marcos Recolons, jesuita catalán y director de Foi et joie (Fe y alegría) en Haití, tiene el realismo de quien ha conocido de cerca a Isa y su proyecto, y da cuenta de la dureza de vida de quien se compromete con los más pobres. Sirve de ejemplo de lo que viven, silenciosamente, miles de misioneras y misioneros por todo el mundo. Llegando, muy a menudo, allí donde no llegan las organizaciones humanitarias.

Marcos Recolons. Querida familia y amigos:

He recibido muchos mensajes de solidaridad, condolencias y ánimos, con ocasión del asesinato de Isa, que me ha tocado vivir muy de cerca.  Escribo estas líneas para agradecéroslos, porque en momentos así necesitamos sentir el cariño y el apoyo de los que nos quieren y valoran lo que hacemos.

Lo ocurrido ya lo sabéis por la prensa. Sólo puedo añadir algunos detalles. Isa fue al banco acompañada por la directora del Taller de Prótesis, que vive con ella. Sacaron algo de dinero y subieron al carro. En ese momento aparecieron los dos bandidos. Con la pistola golpearon la puerta del carro, para que les abriese. Isa apretó el acelerador y partió. Inmediatamente dispararon tres balas, que le atravesaron el pecho. Una de ellas hirió en la pierna a su acompañante. El coche seguía avanzando. Se detuvo, no sabemos cómo, y los bandidos lo asaltaron y se llevaron la bolsa con el dinero.

Isa vivía con varias personas en una gran casa alquilada. Casualmente las dos religiosas de Jesús María, Nazaret Ybarra y Rose, que trabajan en Jean Rabel (en el extremo noroeste de la isla), estaban en Port-au-Prince, hospedadas, como siempre, en casa de Isa.  Estaban cocinando la comida, cuando les llegó el aviso del asalto, sin decirle que Isa estaba muerta. Naza nos llamó, para avisarnos que estaban yendo al hospital. Pilar (la cooperante de Entreculturas que es mi brazo derecho) y yo nos pusimos en movimiento. Nos costó bastante reunirnos con Naza y Rose, porque en el hospital, donde sólo estaba la acompañante de Isa, se enteraron que Isa estaba muerta y que ya el cadáver estaba en un dependencia de la policía. Desde el carro pude llamar, con ayuda de mi hermana María, a la provincial de España, que ya había recibido la noticia, que le transmitió la embajada de España (mi amigo el cónsul, Sergio Cuesta). Nos pidieron que les encontrásemos un abogado, para guiarlas en los trámites de entrega del cadáver. Pudimos contactar al abogado de Justicia y Paz, Monsieur Apollon, al que Isa le tenía mucha confianza. Acudió enseguida y fue una buena ayuda. Nos dijeron que el cadáver estaba saliendo de la policía y que lo llevaban a una funeraria. Por fin en la funeraria pudimos reunirnos con Naza y Rose. Esperamos un buen rato hasta que trajeron el cadáver. Hacía unas 4 horas que la habían asesinado. Naza, Rose y yo rezamos una oración y luego empezó a llegar gente: los que trabajaban con ellas, laicos y religiosas.  No os describo las emociones y los llantos, que podéis bien imaginar.

Al día siguiente, ayer sábado,  presidí una Eucaristía en la casa de Isa. Habían llegado ya las otras dos religiosas de Jesús María, que viven en Gros Morne. Había unas 40 personas. Dije que nos reuníamos, como los primeros cristianos, para celebrar el triunfo de IsaQuise que mi homilía tuviese el carácter de una contemplación para llenarse de esperanza, considerando la muerte como una suprema experiencia mística de unión con Dios.  Agradecí el don de la fe en Jesucristo, que llena de esperanza  nuestras vidas, aunque hoy, como en tiempos de San Pablo, sea un escándalo para los judíos y una necedad para los griegos (sabios). […]

Con Isa teníamos un proyecto que nos entusiasmaba. Ella quería crear una escuela. La Congregación de  Jesús María, a raíz del terremoto, había comprado unos terrenos para realizar una obra social y educativa en una zona baldía, donde un proyecto del gobierno planeaba trasladar miles de familias afectadas por el terremoto. Tuvieron mil problemas para legalizar la compra, pero, cuando ya se podía construir, Isa constató que la zona seguía baldía y desierta, porque el proyecto de viviendas nunca se realizó. No tenía sentido construir una escuela en el desierto.

Me contaba estas cuitas, y le propuse que realizase su proyecto en un gran terreno que tiene Fe y Alegría en Onaville, donde se han instalado en condiciones muy precarias miles de familias damnificadas. Le ofrecí que construyese allí su escuela.  Ella conocía muy bien el barrio, porque cada semana iba varias veces a trabajar como enfermera con las religiosas de Corazón de María, en un dispensario móvil. Me vino a ver con estas religiosas y me propusieron que el proyecto, además de la escuela de Fe y Alegría, incluyese un dispensario fijo y una vivienda para las religiosas. Pensaban que fuese una comunidad inter-congregacional de Jesús María y el Corazón de María. Isa se comprometía a buscar el financiamiento y a dirigir la escuela, que empezaría con el preescolar e iría creciendo año a año. […] Estábamos todos muy entusiasmados con el proyecto.  Pasó su provincial (de USA) y me vino a ver con Isa. Le gustó el proyecto y me dijo que lo apoyaría, pero que debía vencer la resistencia de su consejo, muy escamado con Haití, por los problemas de la compra de los terrenos a raíz del terremoto. Y es en esta espera de obtener la aprobación de su congregación, que le han arrancado, tan insensatamente, la vida.

Desde que la conocí, hace casi dos años, mi amistad con ella y mi admiración han ido aumentando por su identificación y solidaridad con el pueblo haitiano y especialmente con los más pobres y con los damnificados por el terremoto, su empuje para afrontar todas las dificultades, su capacidad organizativa, liderazgo, espiritualidad profunda… una mujer extraordinaria, que me siento privilegiado de haber conocido.

Acabo de enterarme que el Papa la acaba de mencionar en el ángelus de hoy domingo.

Un abrazo a todos,

Marcos

4 setiembre 2016

[Nota] Recientemente hemos publicado el título «Amigas de Dios, profetas del pueblo» número 199 de nuestra colección CJ en el que se relata el testimonio de religiosas mártires en latinoamerica.

isabel-sola

Fotografía de Periodista Digital

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6 Comentarios

  1. Me llena de admiración ver personas tan valiosas que entregan su vida por un ideal. Estoy emocionada leyendo su vida. Estas personas consiguen un mundo mejor. Que descanse en Paz

  2. Marcos
    Mil gracias por tu amistad con Isa por Ahitì y Bolivia y Piura- peru. Isa agradecidos por tu vida llena de esperanza y acierto como el de Jesùs, y tantos otras/os.
    Nos sigues acompañando y lo sentimos.
    Juan sj ( el mudo)

  3. Me encantó el número anterior: “Amigas de Dios, profetas del pueblo” número 199 de la colección, que leí como un regalo de autenticidad y de esperanza. Gracias por vuestra labor

  4. Estuve, además, en la Eucaristía realizada por las hermanas de Jesús María en Valencia y también fue un testimonio de FE, VIDA, AMOR, ALEGRÍA…

  5. Marcos desde Cochabamba, gracias por tu relato del asesinato de Isa y mi apoyo y admiración sinceros a tu trabajo y al de las hermanas y cristianos que viven junto a los más pobres del mundo. Haití es el problema más grave que tiene Latinoamérica y el Caribe, que nos tiene que mantener unidos a ese pueblo desde donde estemos.
    Un abrazo
    Miguel Esquirol

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