José María Segura. Quizás sea un lema revolucionario. Quizás sindical. Quizás de algún poeta urbano/a. Cuando yo la vi era una pintada en un polígono atribuida a la revolución francesa, creo. Quién sabe.
“No te lamentes. Organízate y lucha”. La esencia del mensaje es lo que rescato.
Tenemos las redes sociales inundadas de fotos de niños ahogados, gaseados, asustados… Le damos al retuit con furia y añadimos expresiones mordaces para condenar lo que vemos (y quizás también para llamar la atención de nuestra timeline). Otros son más de Facebook, que ahora para nuestro desahogo nos permite poner caras de cabreo y disgusto… Y así quizás nos quedamos más tranquilos. #TodoEsUnaMierda. Ale, ya podemos seguir a lo nuestro, y a la nuestra.
Con estas líneas nos invito -a mí el primero- a dejarnos sacudir por aquella vieja reflexión de Thoreau. Considerado por algunos/as el padre de la “desobediencia civil”, Thoreau hace una llamada con sus escritos, y sus actos a la responsabilidad personal frente a la injusticia. En su caso le lleva a retirar su apoyo al gobierno, a resistirlo: rehusó pagar los impuestos, se opuso a la guerra con México, defendió la abolición de la esclavitud, abogó en favor de un afroamericano que se había levantado en armas para liberar a otros afroamericanos hechos esclavos… Thoreau fue un hombre de principios y quiero hacer mía su llamada a sus coetáneos: seamos personas primero, sujetos con principios sólidos y, si es necesario, súbditos después. El legado de Thoreau es una llamada a ejercer la propia responsabilidad y no delegarla ni en el Gobierno, ni en el sistema, ni en la Iglesia, ni en el #TodoEsUnaMierda, ¡qué le vamos a hacer! Una moda perniciosa que nos puede llevar a la inacción o a abandonarnos en manos de tecnócratas para que nos saquen de esta.
Permitidme que os recuerde lo que ya conocéis. Hay alternativas. Reales y cercanas. Enumero las que conozco. Sin duda hay otras muchas.
¿Te escandaliza la explotación laboral infantil? Tienes ONGs muy serias que trabajan por la educación y los derechos de los niños/as en todo el mundo (UNICEF, Entreculturas, Save The Children…).
¿Te escandaliza la violación de los derechos humanos en cualquiera de sus formas; la cadena perpetua, la ablación de la mujer, la tortura, la condena a muerte (y un penoso largo etcétera)? Consulta a Amnistía Internacional.
¿Te preocupa el cambio climático, la creación y el daño irreparable que estamos haciendo y que pagaran futuras generaciones? Consulta a Greenpeace, WWF o Ecologistas en Acción.
¿Te escandaliza el abuso a los productores en países en vías de desarrollo por parte de las multinacionales del «Norte”, y los paraísos fiscales y los tratados de comercio internacional que son más poderosos que los Estados? Consulta a Manos Unidas, Setem, Intermon Oxfam, Alboan…
¿Te escandalizan las imágenes de niños/as ahogados, madres defendiendo a sus hijos del gas de la policía, montañas de salvavidas apilados…? Colabora con Open ARMS, Médicos Sin Fronteras, el Servicio Jesuita a Refugiados, CEAR o Cáritas, entre otras.
¿Te escandalizan las familias desahuciadas? Conoce las Plataformas de Afectados por la Hipoteca (PAH) de tu localidad. Visita iniciativas de Iglesia como Gesto Diocesano para apoyarlas con movilizaciones, recursos, casas…
Si #TodoEsUnaMierda, ¿por qué no empezar a limpiar y ordenar nuestra parte? Hay multitud de iniciativas para el consumo responsable, ecológico, de segunda mano, solidario… ¿Conoces las que hay en tu entorno? Por cada aberración a los derechos humanos hay campañas de ONGs que solicitan fondos y firmas para hacer valer la voz de los sin voz en los centros de toma de decisiones y para denunciar estos atropellos. ¿Te animas a ciberactuar?, ¿te animas a participar en concentraciones como las de Círculos de Silencio para reivindicar de manera contracultural y no violenta un trato más humano para las personas migrantes?
“No te lamentes. Organízate y lucha”… o, por favor, calla. Creo que Thoreau tenía razón. No podemos quejarnos de lo mal que está todo y no movilizarnos. No podemos criticar al mundo sin estar dispuestos a cambiar nuestra parte. Si quieres indignarte y contarlo, ponte las pilas, haz tuyo el eslogan revolucionario: “Deja de lamentarte, organízate y lucha” para cambiar las cosas. Porque otro mundo es posible, pero no si tu y yo nos quedamos sentados despotricando. Si no vas a hacer nada, pondera hacer caso al bueno de Henry y al menos no nos des la paliza. Asume que eres parte del problema. Y calla. Y cuando te falte el aire, y el olor hediondo de todo lo putrefacto que nos rodea te inquiete lo suficiente, organízate y lucha, y entonces sí, toma las redes, los blogs y las calles. Seamos parte de la solución. No del problema.
Imagen extraída de: Comunicación activa