José Manuel Moreno. Desde el 25 de Septiembre de este año tenemos ya una nueva agenda mundial de desarrollo que marcará las líneas de actuación principales para atajar las situaciones de pobreza, desigualdad, injusticia y crisis medioambiental que vivimos en nuestro planeta. Desde Entreculturas, apostamos por la educación como la herramienta clave para abordar esta agenda y lograr alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que se han fijado.

Para nosotros la educación, además de quedar establecida como uno de estos objetivos (el Objetivo nº 4: Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos), no deja de ser una herramienta fundamental que favorece la reducción de la pobreza, la inclusión social, la mejora de oportunidades profesionales, la participación democrática o la concienciación sobre las problemáticas que nos afectan a nosotros y a nuestro entorno.

Desde este planteamiento, la educación no puede quedar circunscrita a un objetivo específico, sino que más bien es el camino que debemos transitar para conseguir el resto de objetivos que nos hemos propuesto. Sin duda, no conseguiremos estos objetivos sólo con educación, pero no es menos cierto que sin el acceso a una educación de calidad, inclusiva y equitativa difícilmente podremos conseguir la mayoría de ellos. Recogemos aquí algunos datos que nos ofrece UNESCO[1] además de argumentos que contrastan la importancia de la educación si queremos avanzar en cada uno de estos nuevos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

Objetivo 1. Reducción de la pobreza: Existe una relación directa entre pobreza y educación, que se hace primordial a la hora de evitar que situaciones de pobreza crónica se transmitan de generación en generación. Según un estudio realizado en Senegal, se ha comprobado que heredar tierras o una casa, no se traduce en un aumento de la riqueza, sin embargo, aquellos niños cuyos padres habían seguido algún tipo de enseñanza escolar estaban mejor situados para encontrar empleo fuera del ámbito agrícola y, por tanto, para salir de la pobreza. En particular, en las zonas rurales, los hijos de madres instruidas tenían una probabilidad un 27% mayor de encontrar empleo fuera del ámbito agrícola.

Objetivo 2. Mejora de la nutrición: las nefastas consecuencias de la malnutrición infantil pueden evitarse con ayuda de la educación. Por ejemplo, si todas las mujeres de países empobrecidos recibieran educación secundaria, sabrían qué nutrientes necesitan sus hijos y conocerían los hábitos higiénicos que deben seguir y tendrían mayor influencia en el hogar para ofrecerles la atención que precisan.

Objetivo 3. Salud y bienestar: gracias a la educación, las mujeres pueden reconocer los primeros síntomas de una enfermedad en sus hijos, pedir consejo y actuar para curarla. Si todas las mujeres de los países empobrecidos terminaran la escuela primaria, la mortalidad infantil se reduciría en una sexta parte, con lo que se salvarían casi un millón de vidas al año. La educación puede también evitar muertes maternas, ya que ayuda a las mujeres a reconocer síntomas peligrosos, pedir atención y procurar que asista al parto personal sanitario cualificado. Si todas las mujeres finalizaran la educación primaria, la mortalidad materna se reduciría en dos terceras partes, con lo que se salvarían 189.000 vidas al año.

Objetivo 5. Igualdad de género y empoderamiento de la mujer: las niñas y las jóvenes que han recibido educación tienen más posibilidades de conocer sus derechos y tener la confianza necesaria para hacerlos valer. En el África Subsahariana y en Asia Meridional y Occidental, cerca de tres millones de niñas contraen matrimonio antes de cumplir los 15 años. Si todas las jóvenes de estas regiones terminaran la educación primaria, el número de matrimonios de niñas se reduciría en cerca de medio millón.

Objetivos 6 y 7. Sostenibilidad de los recursos hídricos y energéticos: la educación puede contribuir a que se haga un mejor uso de los recursos escasos. En una encuesta por hogares llevada a cabo en 10 países de la OCDE se constató que las personas que tenían un mayor nivel de educación tendían a ahorrar agua.

Objetivos 8 y 9. Crecimiento económico y trabajo decente: la educación da lugar a aumentos de la productividad que impulsan el crecimiento económico. Así, un aumento de un año del nivel de instrucción medio alcanzado por la población de un país se traduce en un incremento del producto interno bruto (PIB) per cápita anual del 2% al 2,5%.

Objetivo 10. Reducción de las desigualdades: ampliar la educación, garantizando en particular que la mayoría de las personas haya cursado estudios de enseñanza secundaria, es fundamental para lograr una disminución de la desigualdad dentro de los países. En Francia, Malasia o Brasil, por citar tres países de tres continentes distintos, la desigualdad de los ingresos disminuyó un 7% a lo largo de dos decenios a medida que aumentaba la proporción de la población que había recibido educación secundaria.

Objetivos 11 a 15. Protección del medio ambiente: cuanto más alto es el nivel de educación, mayores son las probabilidades de que las personas expresen preocupación por el medio ambiente. En 47 países que participaron en la Encuesta Mundial sobre Valores de 2005-2008, las probabilidades de que una persona con educación secundaria expresara preocupación al respecto eran 10 puntos porcentuales mayores que en el caso de una persona que solo tuviera estudios primarios.

Objetivo 16. Sociedades pacíficas, justas e incluyentes: El análisis de encuestas de opinión pública llevadas a cabo en 36 países de África, Asia y América Latina, muestra que la educación guarda relación con una mayor participación en las votaciones, una relación que se estrecha cuanto más bajo es el nivel medio educativo del país. Al mismo tiempo, la educación promueve la participación y el compromiso con la comunidad, especialmente entre las mujeres, además, si es una educación de calidad, beneficia actitudes de tolerancia y comprensión del otro.

Objetivo 17. Alianzas y medios para ejecutar la agenda: Necesitamos sumar voluntades políticas e institucionales que prioricen los objetivos de la agenda, pero también una ciudadanía consciente y reivindicativa de su importancia. La educación para el desarrollo y la ciudadanía global nos parece vital para esta toma de conciencia y reivindicación de medidas y recursos que permitan que pueda llevarse a cabo.

***

[1] UNESCO (2014), “El Desarrollo Sostenible comienza por la educación. Cómo puede contribuir la educación a los objetivos propuestos para después de 2015”. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002305/230508s.pdf

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Imagen extraída de: Pixabay

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1 COMENTARIO

  1. Muy claro, conciso y con ejemplos evidentes. Seguid incidiendo en esta realidad que ya es empírica, cualquier mejora de la sociedad pasa por las posibilidades de educación de las personas.

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