Cristianisme i Justícia. [Durante el mes de agosto estamos publicando una serie de posts que no han sido escritos por contemporáneos nuestros sino por personas de otros siglos pertenecientes a la tradición de la Iglesia. Todos estos textos pueden encontrarse en el libro Vicarios de Cristo: Los pobres de José I. González Faus].
Erasmo de Rotterdam (1467-1536)
Cristo quiere que sus beneficios no se los devuelvas a él sino a tu prójimo. Mira, por tanto, qué puedes tú y qué necesita él. Piensa sólo que es hermano tuyo en el Señor, coheredero con Cristo, miembro del mismo cuerpo que tú y redimido por la misma sangre… Y si un miembro tuyo rechina los dientes de hambre, ¿vas tú a estar eructando perdices? Tu hermano desnudo tiembla de frío y a ti se te comen las polillas y la carcoma tus muchos vestidos. Tú pierdes una noche en el juego mil escudos de oro y, esa misma noche, una pobre cría se prostituye empujada por la necesidad… ¿Vas a decir que no te afecta y que tú haces con lo tuyo lo que te da la gana? Y ¿piensas que con esos criterios puedes llamarte cristiano, cuando ni siquiera mereces ser llamado hombre?… Tú no sueñas más que con el beneficio, no admiras más que al dinero, y —allí donde brilla la posibilidad de una pequeña ganancia— ya estás preparado para engañar a tu hermano y olvidarte de Cristo. Y ¿piensas que puedes tener algo en común con Abraham?…
(Enchiridion militis christiani, en Opera omnia V, 45, 46, 50).
Imagen extraída de: Wikipedia