Victor Codina. Quienes hemos vivido durante los dos últimos pontificados un duro “invierno eclesial”, en expresión de Karl Rahner, nos preguntamos si con el Papa Francisco va a comenzar una nueva época en la Iglesia.

Desde el comienzo de su pontificado, el nuevo obispo de Roma, Francisco, ha ido dando signos de cambio, desde gestos simbólicos  hasta formulaciones muy gráficas: Iglesia pobre y de los pobres, oler a oveja, salir a la calle, ir a las fronteras existenciales… Sus palabras en Lampedusa sobre nuestra  insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, en Río exhortando a los jóvenes a ser valientes y críticos, sus entrevistas al jesuita P. Antonio Spadaro de la Civilttà Cattolica y al periodista del diario La República de Roma, Scalfari,  han abierto nuevos horizontes eclesiales y diseñan un nuevo programa pastoral.

El Papa Bergloglio se confiesa pecador, llamado misericordiosamente por Dios para una misión eclesial, reconoce que en su época de superior dela Compañía de Jesús en Argentina fue autoritario  y brusco, aunque nunca de derechas. Se proclama creyente, no en un Dios católico sino en Jesucristo y el Padre creador. Confiesa que en algún momento de su vida ha sido tocado por la gracia, dedica tiempo largo a la oración, adora la mística, pues sin mística la religión se convierte en filosofía. Sus santos preferidos son Pablo, Benito, Agustín, Ignacio y sobre todo Francisco, profeta, poeta, místico, amante de los pobres y de la naturaleza.

Según él, la Iglesia que es Pueblo de Dios y comunidad, debe ser hoy ante todo como un hospital de campaña, dispuesta a sanar y curar emergencias. Le preocupa enormemente el paro juvenil y el abandono de los ancianos. La Iglesia no debe centrarse obsesivamente en temas morales como aborto, anticonceptivos y  matrimonio homosexual, sino que ante todo ha de anunciar la buena nueva de la salvación en Jesucristo, seguir el impulso irreversible del Vaticano II, sin caer en una ideología restauracionista; una Iglesia dialogante con la cultura moderna, con las demás Iglesias y religiones, fraterna y sinodal, que camine unida en medio de las diferencias, que no juzgue a las personas a las que Dios respeta tal como son; una Iglesia no proselitista, sino levadura y signo de amor a los demás.

No teme una Iglesia que sea minoritaria, con tal que sea semilla y fuerza evangélica. Desea una Iglesia descentralizada, en discernimiento, que escuche al pueblo y sobre todo a los pobres. Que ayude a que cada uno busque el Bien en su conciencia y combata el Mal, se deje iluminar por la luz trascendente que brilla en cada uno de nosotros.

Los ministros de la Iglesia que sean pastores, no clérigos de despacho, ni de laboratorio, que no caigan en el temporalismo, ni en el clericalismo que no es cristiano, abran caminos nuevos, no hagan de la confesión una tortura sino un instrumento de misericordia, sean acogedores de los que están en situaciones irregulares, que no sean narcisistas. Francisco critica a los narcisistas que se sienten halagados por los cortesanos: la corte es la lepra del papado; la curia vaticana es vaticano-céntrica y tiende a trasladar esta visión al mundo.

Se respira ahora  en la Iglesia un aire nuevo, con olor a evangelio. Hay brotes de una primavera eclesial como en tiempos del buen Papa Juan.  Hay pautas válidas también para la sociedad. Ojalá que estos frutos primerizos no se malogren.

Imagen extraída de: Atrio

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Jesuita. Estudió filosofía y teología en Sant Cugat, en Innsbruck y en Roma. Doctor en Teología, fue profesor de teología en Sant Cugat viviendo en L'Hospitalet y Terrassa. Desde 1982 hasta 2018 residió en Bolivia donde ha ejercido de profesor de teología en la Universidad Católica Bolivia de Cochabamba alternando con el trabajo pastoral en barrios populares Ha publicado con Cristianisme i Justícia L. Espinal, un catalán mártir de la justicia (Cuaderno nº 2, enero 1984), Acoger o rechazar el clamor del explotado (Cuaderno nº 23, abril 1988), Luis Espinal, gastar la vida por los otros (Cuaderno nº 64, marzo 1995).
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5 Comentarios

  1. Gracias por este resumen-resumen. del pensamiento, palabras, hechos, definiciones y consejos. Lo voy e enviar a mis amigos, y a reflexionar sobre el contenido, preciosa ayuda para el pensamiento y actuación. Un abrazo, Luis

  2. No creo que haya habido «invierno eclesial» El Espíritu Santo va mandando su mensaje a todos y en el tiempo oportuno. El de ahora es una nueva bendición ! Como lo fueron los anteriores.
    Ahora, seguirlo y rezar mucho por el porque está haciendo mucha cosa buena ! Y dar gracias a Dios por mandárnoslo!

  3. Gracias víctor codina!Un mensaje muy positivo sobre el Papa Francisco.Es lo que se necesita en este mundo tan egoista e individualista. Espero y sé que es el principio de una nueva era del cristianismo. El Papa Francisco es el ejemplo a seguir por todos los sacerdotees, obipos y demás súbditos eclesiásticos; rs un ejemplo a seguir para la humanidad!

  4. Querido Víctor: que alegría poder volver a comunicarnos. Recuerdo aquellos hermosos tiempos en Oruro, yo era cura en Quillacas y preparamos juntos el encuentro de Religiosidad Popular. Eran tiempos en que no imaginábamos que los vientos fríos que soplaban presagiaban la era de los glaciares en la Iglesia. Fueron tiempos largos de Crucificción y Olvido, dentro de la Institución eclesial, pero llenos en nuestro corazón de la Fuerza del Espíritu de Dios. Ojala la era de los Deshielos avance pronto y no se la impidan los sectores aniquilosados de la Iglesia que buscan más su poder, que vivir el Evangelio de Jesús. Espero que nos encontremos el Año que viene y poder tomarnos un vino y brindar por retomar el acompañamiento de la construcción del Reino en los pobres. Un gran abrazo

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