Por fin se ha desvelado el misterio. Habemus Papam. Ha sido escogido Jorge Mario Bergoglio Durante unos días el foco de atención mundial ha estado puesto en el Vaticano. La mezcla de la indudable importancia mundial de la Iglesia junto con una extraña sensación de estar viviendo un acontecimiento medieval sigue dando a esta elección una cobertura mediática única.
¿Quién es el nuevo sucesor de Pedro? El arzobispo de Buenos aires, el primer Papa latinoamericano y primer Papa jesuita. ¡Gran sorpresa! Porque su avanzada edad le excluía de las apuestas. Sin embargo es un hombre que nos deparará muchas sorpresas. ¡Muchas!
La Iglesia no suele optar nunca por los cambios rupturistas. El lenguaje eclesial permite conceptos como “reforma”, “modernización”, “aggiornamento” (=puesta al día) pero requiere poderlos situar dentro de una continuidad. Los Papas necesitan poder citar a sus precedentes en la silla apostólica para poder legitimar y asentar su autoridad, especialmente en los comienzos. Así lo ha hecho Bergoglio al pronunciar sus primeras palabras.
Bergoglio será probablemente continuista en materia de moral y de teología tradicionalista. Aquí no podemos esperar cambios significativos. De hecho, ningún cardenal podía definirse como progresista. Sin embargo, Bergoglio parece dispuesto a hacer más sencilla y evangélica la curia vaticana. Es un hombre al que siendo arzobispo puede vérsele fácilmente en el metro, un hombre al que no se le caen los anillos por hacerse él mismo la cena. El hecho de escoger el nombre de Francisco I es tremendamente significativo. Primero es un homenaje a la forma de vida de San Francisco de Asís y segundo es un guiño a San Francisco Javier, jesuita y patrón de las misiones. Bergoglio procede precisamente de América, un continente evangelizado por misioneros contemporáneos suyos.
Normalmente, los medios de comunicación analizan simplemente las variables de los ejes progresista-conservador y país de procedencia. A éstos, sin embargo, hay que añadir el de la integridad moral de los candidatos dada la función simbólica del cargo. Por ello este criterio puede haber decantado la balanza hacia este Cardenal por encima de otras consideraciones. De hecho, el lugar de procedencia, en un mundo globalizado y liberados de las presiones de los gobiernos de los países de antaño es un criterio cada vez más secundario aunque conserve un gran valor simbólico.
Los retos que le esperan al nuevo Pontífice son enormes. Justo antes del Cónclave los cardenales han pasado varios días reunidos tratando en profundidad de éstos y conociéndose entre ellos. El primer reto y más urgente es la superación y solución del escándalo de las filtraciones de documentos del Vaticano (Vatileaks). La Iglesia tiene que volver a ofrecer confianza a los fieles y al mundo. Si Benedicto XVI oraba públicamente en sus últimos días por la “unidad de la Iglesia” no podía referirse más que a disensiones internas romanas. Aunque el informe secreto solo lo conocerá el próximo Papa, seguro que entre pasillos los cardenales han podido conocer algunos detalles, y eso puede haber influido en el voto. ¿Ha influido el hecho de buscar a alguien de fuera, ajeno a las diversas líneas contrapuestas del Vaticano? En cualquier caso, Bergoglio es un hombre de gobierno y de carácter fuerte (¿demasiado?) y decidido, con capacidad de no amedrantarse, a pesar de su edad.
Más allá de esta necesaria purificación, el nuevo Papa tendrá que afrontar la disminución de fieles en Europa. La falta de sacerdotes y las dificultades de algunos de ellos de vivir el celibato pondrán de nuevo sobre la mesa la cuestión de los sacerdotes casados. Un cambio en esto sería tan trascendental a nivel organizativo que dudo que ningún Papa diese este paso sin la organización de un Concilio, o al menos de un Sínodo de obispos. Sin embargo, es una reforma que estoy convencido que llegará en el presente siglo porque no hay ningún impedimento teológico para ello y porque la Iglesia católica ya lo admite para los sacerdotes orientales y para los que provienen de la Iglesia anglicana.
La Iglesia también tiene graves problemas de sintonía con el mundo moderno en lo que respecta a temas de moral sexual, nuevas formas de familia y bioética. El papel de la mujer en la Iglesia y de los laicos en general es otro de los asuntos que tendrá que abordar el nuevo pontificado. Las enormes diferencias de sensibilidad entre las sociedades Occidentales y el resto del mundo, así como la escisión que este tema ha producido en la Iglesia anglicana suponen un freno demasiado grande para esperar una revolución a corto plazo. Dudo mucho que en estos temas, el nuevo Papa, dada su trayectoria, vaya a suponer una revolución.
El nuevo Pontífice también tendrá que determinarse frente a la involución en materia litúrgica provocada por una parte por el acercamiento a las Iglesias Ortodoxas y, por otro, por el intento fracasado de acoger de nuevo a la Iglesia cismática de monseñor Lefebvre. Está por ver si el nuevo Papa seguirá potenciando la lengua latina en la liturgia o bien se adaptará el lenguaje litúrgico para hacerlo más inteligible al hombre contemporáneo.
Muchos dilemas están planteados. Solo el tiempo nos mostrará cómo los va afrontando el nuevo Francisco I.
[Imagen extraída de Univision]
Estimado Jaume
Magnífico escrito, te vimos en televisión y nos alegramos mucho
Un fuerte abrazo
Gràcies per l’article, Jaume. Veig que no puc esperar ser Mama de l’Església Catòlica en la propera legislatura. Una llàstima que la masculinitat tingui pànic al poder femení. És una qüestió que mereix un tractament psicoanalític. Amb majúscules. Pel que fa als altres temes, em consola una mica l’elecció d’aquest nou Papa llegint el que dius. Gràcies per posar-nos al dia de la personalitat del nou pontífex. Una abraçada,
Con la simplicidad franciscana que quiere abrazar al escoger el nombre de Francisco, ya podría empezar a desechar títulos que no se casan con el servicio del Papado. Por ejemplo, debe desterrar el título de Pont-ífice, eminentísimo y reverendísimo, su santidad… y empezar a que le llamemos ; «Nuestro hermano Francisco, obispo de Roma y Papa de la Iglesia universal». Sería ya un punto.
Nosotros ya, desde ahora, tendríamos que llamarle así.
Gràcies Jaume pels ànims i les felicitacions.
Gràcies Anna. Deixem tanmateix a l’Esperit Sant fer també la seva feina. Podem fer hipòtesis a partir de l’experiència que tenim d’ell tot estant oberts a les sorpreses. Cap persona acontentaria a tothom. Si és un Papa bo, senzill i inteligent pot donar sorpreses.
Gracias Angel,
Precisamente algo de lo que pides con total razón evangélica lo ha empezado a visualizar: ¿te fijaste que en su discurso inicial no utilizó la palabra Papa sino la de «obispo de Roma»? I eso tanto para referirse a sí mismo como a Benedicto XVI. Ahí hay algo de una eclesiología diferente.
Jaume, me parece muy interesante tu análisis primerizo. Estoy de acuerdo en que, no habiendo ya prácticamente ningún cardenal «progresista» (porque todos están inactivos por ancianos o ya fallecidos, y no han sido sustituidos por otros de la misma corriente), es difícilmente imaginable cambios de rumbo importantes en la Iglesia a corto plazo. No obstante, recuerda un nombre: Juan XXIII. De él se dijo lo mismo tras su nombramiento, y dio una gran sorpresa. Cabría que este Papa nos sorprendiera con un Concilio Vaticano III o con un Sínodo de Obispos sobre la Mujer en la Iglesia o sobre los Ministerios. Entra dentro de lo posible, aunque no dentro de lo probable.
Tu escrito asi como la eleccion de FRANCISCO I como nuevo papa, genera muchas y quiza grandes expectativas especialmente en los pobres que constituimos la mayoria y por tanto el soporte humano de la iglesia en el mundo, fortalece el anhelo de que realmente la iglesia demuestre su opcion preferencial por los pobres tan remarcada por el VATICANO II Y LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES dede Medellin hasta nuestros dias, en cuyo trabajo nos involucramos muchos agentes de pastoral durante todos estos años y hoy vemos que casi nada ha cambiado la brecha entre ricos y pobres es mayor, mas miseria, mas opresion, mas riqueza en pocas manos y las voces de HELDER CAMARA Y OTROS opacada por el silencio quiza complice de la jerarquia, al parecer plegada al regazo de quienes detentan el poder politico y economico en el mundo. A QUE LE TEME LA JERARQUIA ECLESIASTICA: A la perdida de valores no, pues estos se han desmoronado desde dentro mismo, a la perdida de sus privilegios? podria ser, le teme a que los pobres que constituyen el grueso de su membresia dejen los templos vacios? si como dice el teologo jesuita HENRY BOULAD la iglesia esta al borde del abismo, es urgente que quienes la dirigen escuchen la voz del maestro» todo lo que hiciste a uno de estos mis hermanos a mi me lo hiciste», «no todo el que diga señor señor entrara en el reino de los cielos» y «Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia»
Gracias José. Yo estoy convencido de que nos dará una sorpresa. Un concilio o un sínodo importante no se puede descartar. Desgraciadamente el tema de la mujer creo que no habrá pasos adelante. Sin embargo podríamos ver sacerdotes casados o alguna otra reforma vaticana de calado.
Gracias Pedro. La vida de gran austeridad de Bergoglio y el nombre escogido es una buena noticia para los más pobres. No puede haber tomado el «nombre de Francisco de Asís» en vano.
Que Déu ajudi aquest nou Papa! Que li doni llum, força, lucidesa i esperit de govern per fer les reformes necessàries, per ajudar tota l’Església a retornar a la seva inspiració evangèlica, i a un anunci clar de Jesús, amb obres i paraules
Amén, que així sigui, Alexis. Preguem per ell i per l’Església, tal com va demanar ahir des del balcó del Vaticà.
¿Y qué hay de lo nuestro? ¿Los pobres van a ser evangelizados? ¿Es éste o hay que esperar a otro? Cordialmente,
Gràcies Jaume per les teves paraules. La nostra Església viu una nova etapa on creïem que es farà més palpabla la força de Crist al món actual. L’Esperit sempre ha mogut a l’Església, malgrat quan hem pensat que tot era perdut. No estem sols…mai!!!!
Una abraçada
Ignasi i Lourdes
Apreciado Joaquín,
Nooooo, lo mejor es que más bien va a ser lo contrario. Los pobres, por fin, van a evangelizarnos.
Gràcies Ignasi i Lourdes. Esperem que l’Esperit bufi intensament en aquesta nova etapa.
Jaume: el resultado del Cónclave ha puesto una chispa de esperanza en todos los corazones, llenos de Amor por Jesus y que anhelan la venida del Reino de Amor y justicia, que son muchos, católicos o no. Tu, estos dias nos lo has ido explicando brillantemente en los medios que puede suponer un Papa jesuita, de habla jesuita y de corazon franciscano. Muchas gracias.
Ahora toca confiar en el Espiritu y apoyar denodamente a este Papa para que la chispa se convierta en una hoguera que ilumine la oscuridad.
Gracias MIguel Angel. Una cosa que me ha sorprendido mucho es ver a mucha gente, periodistas incluidos, creyentes o no creyentes, anhelando de verdad una primavera en la Iglesia y deseando creer que este Papa colaborará en esta dirección. La gente quiere creer, y quiere (o querría poder) creer en la Iglesia.
[…] y malévolas, estas le hicieron retirarse tras casi ocho años de pontificado (2005-2013). Los cardenales iban a elegir aire nuevo, a alguien que no pudiese tener ninguna relación con ninguna de las partes: el papa Francisco, […]