Zelia Garcia. [eldiario.es] La Parroquia Cristo de la Victoria, la Oficina de Dereitos Sociais de Coia y el Grupo de Axitación Social trabajan desde hace años para hacer posible la utopía de una vida digna desde la realidad de este barrio vigués. En el último mes han convocado una cadena humana recorriendo Coia y una concentración frente al Ayuntamiento para manifestar “que estamos cansadas de no llegar a fin de mes, de no poder pagar recibos, de que nos digan que no hay dinero, tenemos derechos. Hicimos coincidir estas movilizaciones con la negociación de los presupuestos del ayuntamiento de Vigo, porque cuando se estaba hablando del dinero de las viguesas, teníamos que demandar para que se invierta más en las personas”, explica Diego Lores, de la ODS de Coia. Conversamos con Lores para conocer más de cerca la realidad de este trabajo invisibilizado y en minúsculas de estos colectivos sociales frente a la pobreza.

Coia es un barrio obrero, que nació para acoger a la gente que venía a trabajar a la industria en los años 60. En la actualidad es una zona envejecida, y en la que se viven nuevas situación de empobrecimiento. De las 14.000 personas desempleadas anotadas en el antiguo INEM de Coia sólo algo menos de 5.000 reciben algún subsidio, de una población de 30.000 personas empadronadas en esta zona. “En Coia siempre hubo conocimiento de lo que eran las dificultades para llegar el fin de mes, los problemas de los consumos de alcohol y drogas en los ochenta, pero en la actualidad se viven nuevas situaciones de exclusión y empobrecimiento”, señala Lores.

Una oficina para luchar contra la desigualdad

Para ofrecer información alternativa sobre prestaciones sociales (tipos de ayudas, cuantías, requisitos, documentación, donde dirigirse) y para sumar fuerzas en la lucha contra la desigualdad y la precariedad, desde septiembre de 2007 lleva funcionando la oficina de Derechos Sociales de Coia, en una sala que le cede la Parroquia del Cristo de la Victoria, y también gestionan casos y ofrecen atención telefónica vía web y por correo electrónico. Esta iniciativa surgió a semejanza de la primera oficina de derechos sociales en el Estado Español, que nació en Barakaldo, de la mano de Berri Otxoak a mediados de los noventa.

En los últimos 18 meses, y sobre todo en el último semestre, las horas no les llegan para atender las numerosas situaciones de vecinos y vecinas desbordadas por las nuevas circunstancias que les obliga a vivir la crisis: “el aumento de usuarias y usuarios está motivada por la nueva pobreza, que es aquella gente que se venía apañando con los trabajos, paros, subsidios o prestaciones, y comienzan a tener problemas por la ausencia de todo esto. Tienen problemas de impagos, de la luz, agua, alquiler, y llega un momento en el que se vuelven a las casas de madres y padres, y abuelas y abuelos. Hay un reagrupamiento de las familias alrededor de las pensiones de las personas mayores”.

Violencia cotidiana y normalizada

“Ahora están muy de actualidad los desahucios pero antes hay una historia muy violenta y normalizada que son los impagos de luz y agua o comunidad. Un corte de luz significa 27 euros de reenganche. Quedar sin luz y que estés en casa, es de una violencia terrible para personas con niños, mayores, o simplemente por la comida que se estropea sin nevera”, destaca Lores, quien critica que desde los servicios sociales no se atiendan estas situaciones de emergencias tan graves y tan comunes.

Las dificultades de relación con Fenosa

Los cambios en el modelo de empresa de la eléctrica Fenosa también afectan a muchas de las personas usuarias de esta oficina de derechos sociales, que cambió de emplazamiento y también en el modo de abordar los impagos y en el modelo de relación. Así, en la actualidad, “cuando vas a la oficina a renegociar el pago de una deuda sólo hay teleoperadoras y programas informáticos que hablan y no dejan margen de maniobra. Antes había una persona de referencia con la que negociabas el pago de la deuda y un plan de pagos. Ahora las personas que están allí delante de un ordenador no pueden hacer nada porque Unión Fenosa tiene subcontratada una empresa, que es que con la que tú tienes que hablar. Antes había un mínimo de flexibilidad, y además en un contexto en el que el recibo de la luz no para de subir. Las personas que viven esta situación sienten una indefensión terrible, cuando hablamos de una necesidad básica; incluso amenazan con quitarle el suministro, que les rescindían el contrato si no pagaban”, subraya Lores.

Acción social horizontal

Frente a la privatización y mercantilización de los servicios sociales, el asistencialismo y la caridad como receta del sistema frente las situación de empobrecimiento, desde este espacio de acción social horizontal compuesto por la Parroquia, la ODS y el GAS apuestan por la solidaridad como alternativa. “La parroquia continúa echando una mano, en un plano de horizontalidad. En la parroquia todos los meses se pagan recibos de luz, agua o alquiler. Actúa como colchón, como una vecina más, intenta echar una mano gracias las colectas y a una mínima subvención que se recibe. La alternativa también es el cambio y el intercambio segundo las necesidades que se comparten”.

Diego Lores explica el papel que juega esta comunidad cristiana de base: “es un espacio desde la fe que siempre ayudó y ayuda a organizarse al vecindario, a dar respuestas  en el barrio, y también para juntarse con otros grupos. Es un espacio que, siendo distinto, es muy complementario porque opta por dar respuesta desde abajo a los problemas que tenemos. Aquí se ve lo que es iglesia de la gente en minúsculas, de las personas, que comparte  y busca respuestas lúcidas a esta miseria que tenemos. Y la parroquia siempre estuvo muy abierta al barrio y colabora con mucha gente que no quiere tener nada que ver con la religión”.

Alternativas: conciencia social y renta básica de las iguales

Además de la atención a través de la oficina de derechos sociales, de la acción social a través de la solidaridad y del cambio, desde este espacio de movilización optan por otras opciones para cambiar la situación actual: “las alternativas pasan por exigir nuestros derechos, cambiar el paso de ‘todo está mal y no podemos hacer nada’, al hecho de tener a nuestros vecinos y vecinas que nos pueden echar una mano y juntos podemos tener el gusto de que nos vean y señalar a los responsables. Es importante que nos veamos con algo más de dignidad. Los que están presentes en los distintos poderes son los responsables, y manifestar esto es sanador y liberador, liberarnos de la culpabilidad de la situación en la que vivimos y movilizarnos”. Desde la ODS de Coia también apuestan por dar a conocer la posibilidad de nuevos derechos, como es la instauración de la renta básica de las iguales en nuestro país.

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Imagen extraída de: eldiario.es

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