Veus. Eclesalia. Cada día que pasa, las familias del mundo obrero y del trabajo ven crecer la inseguridad, la incertidumbre y el miedo. Va aumentando el número de personas que pasa a engrosar las listas del paro. Personas que acuden a Cáritas, a comedores sociales, que son amenazadas por los bancos, al no poder pagar las hipotecas que asumieron cuando disponían de un puesto de trabajo, inmigrantes que se quedan sin atención sanitaria, jóvenes que ven ante sí un futuro incierto en lo educativo, lo laboral, con imposibilidad de desarrollar un proyecto de vida personal…

Son algunas de las consecuencias visibles de esta situación económica en la que nos han metido los poderosos de este mundo, en nombre del idolatrado mercado. Y a esta situación hemos llegado, entre otras cosas, por unas formas de vida muy poco solidarias y por una cultura social que ha favorecido que personas y, sobre todo estructuras, no hayamos tenido en cuenta la justicia debida a los más empobrecidos.

Los gobiernos desarrollan una serie de medidas políticas cuyo fin es el incremento de los beneficios de una minoría frente a las necesidades de la mayoría. Son medidas inmorales, al pretender organizar la vida de espaldas al trabajo y a las necesidades humanas, medidas que están creando mayor desigualdad y pobreza y que no debemos aceptar con resignación.

Ante esta situación la HOAC y la JOC, como Iglesia en el mundo obrero, queremos manifestar:

Que no es ético, humano, ni cristiano continuar poniendo en el centro de la vida política y legislativa medidas que condenen a la pobreza, a la exclusión y a la esclavitud a miles de personas, de familias, tanto en nuestro país, como en el resto del planeta. Se están destruyendo los derechos sociales y laborales.

Que ante esta situación las organizaciones sociales, políticas y económicas, y también todas las personas, hemos de plantearnos cómo es posible organizar la vida social, la economía, la política, desde otros criterios que no sean prioritariamente el de la lógica del beneficio.

“El primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad” (Benedicto XVI).

Las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficio” (Juan Pablo II) “Un criterio justo no debe basarse en recortes desproporcionados en servicios esenciales para los pobres. El criterio moral que debe regir es que la “economía existe para la persona y no la persona para la economía” (Obispos de EEUU, septiembre 2012 con motivo del día del trabajo).

Queremos poner de manifiesto que existe también otra realidad, de la que los medios de comunicación no suelen hacerse eco. Son hechos y experiencias de vida humana, que nos muestran que es posible vivir de otra manera, construir otra sociedad más fraterna, desde criterios no economicistas, donde todas y todos podamos vivir con dignidad. Para los creyentes son signos del Reino de Dios y suponen, para la JOC, la HOAC y otros movimientos cristianos, una constante de lucha diaria contra la indignidad que provoca este sistema.

Así nos lo muestran tantas experiencias y acciones que se están viviendo dentro y fuera de nuestras fronteras:

– las plataformas de afectados por las hipotecas y la solidaridad con las personas que se quedan sin vivienda;

– las expresiones variadas contra los recortes sociales, como las movilizaciones sindicales y sociales;

– las diversas manifestaciones de trabajadoras y trabajadores mostrando su rechazo ante el cierre de empresas, ante los ERES; las asambleas de parados y paradas dispersas por todo el territorio del estado, buscando alternativas para el reparto del empleo;

– las plataformas vecinales que trabajan por la construcción de barrios donde poder vivir con dignidad;

– las experiencias de tantos colectivos que fomentan el empleo, empresas de inserción, cooperativas, las redes de solidaridad nacional e internacional, los bancos de tiempo, los economatos solidarios, la banca ética, tiendas a coste cero, la solidaridad familiar, vecinal, o los grupos de personas que comparten sus bienes con otras familias…

Todas estas experiencias son muestras de que hay alternativas, de que es posible otro tipo de sociedad, otro tipo de cultura solidaria. Son prácticas generadoras de otra cultura que hace viable nuevas formas de organización de la vida social, donde lo económico no tiene la última palabra y donde el centro es el ser humano y sus necesidades. A eso estamos llamados, ahí encuentran los hombres y mujeres de hoy, creyentes o no creyentes, la felicidad y ahí debemos encontrarnos para potenciarlos.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Madrid, 14 de septiembre de 2012.

Imagen extraída de: PAH de Vigo Tui-Baixo Miño
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2 Comentarios

  1. A LA JERARQUIA ECLESIAL, POLÍTICOS Y BANQUEROS:
    *”¡Ay de los que juntan casa con casa y unen campo con campo hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?” (Is 5,8)
    *”Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas. Porque yo sé de vuestras muchas atrocidades, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís soborno, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres”.(Am 5, 11-12)
    *”¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra riqueza?” (Is 10, 1-4)
    *”¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! 2 Codician los campos, y los roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su tierra. Por tanto, así ha dicho Yahvéh: He aquí, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo. 4 En aquel tiempo levantarán sobre vosotros proverbios, y se entonarán lamentos, diciendo: Del todo fuimos destruidos; él ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio y los repartió a otros.”(Miq 2, 1-4)

  2. Prezados Irmãos,

    Não negarás o pedido do pobre…

    O povo brasileiro precisa compartilhar com os irmãos da Europa a riqueza do conhecimento.
    Por isso pedimos aos irmãos o direito de traduzir para nossa língua Portuguesa os cadernos
    de justiça. E também fazermos parte desse grande movimento pela paz e justiça.
    Aqui no Brasil existem 30 milhões de miseráveis e a Igreja está só falando de riquezas.

    Por favor nos ajudem em nome de Cristo.

    Saudações fraternas
    Pastor Paulo Cappelletti
    Editora Academia Cristã

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