
Las cárceles no funcionan
Miriam Carmona. La Coordinadora Contra la Marginació de Cornellà lleva 32 años apoyando a personas presas y a sus familiares. Durante éstos años han pasado muchas personas: unas pasan por aquí como voluntarias, otras como familiares y otras como personas que están/han estado presas.
La Coordindadora, en realidad, son las historias de éstas personas presas, de sus madres, padres, hermanos/as, que luchan y que intentan sobrevivir en el hostil mundo carcelario.
Decimos que la prisión es un medio hostil porque, para empezar, te separan de tu contexto, rompes con tu proyecto vital: hogar, familia, trabajo, rutinas… Una vez estás dentro las infraestructuras siguen incrementando esa sensación: muros, enrejados, cámaras, personas con uniformes que te controlan, espacios monocromàticos… Allí dentro eres considerado como una persona peligrosa e inadaptada, por lo tanto, lo que prima en el ambiente es la desconfianza. (más…)

¿Podemos soñar en un mundo sin cárceles?
Xavier Badia i Cardús. Pertenezco a un grupo de personas voluntarias de Justícia i Pau que vamos a los centros penitenciarios y hacemos tareas de acompañamiento personal. Y con nuestra actividad nos sumamos a la de muchos voluntarios de otras entidades que también hacen este tipo de labor.
El objetivo de toda la red de voluntarios que vamos a los centros penitenciarios, hagamos la actividad que hagamos, es el de situarnos cerca de personas que, por diferentes motivos, están en una situación de una gran fragilidad y que tienen derecho a rehacer su vida, sea cual sea el motivo por el que están allí.
No debemos olvidar una cuestión esencial: a pesar de que en Cataluña hablamos ahora más que nunca de prisiones por la reclusión de líderes independentistas, y a pesar de que están aumentando en toda España las condenas de prisión por delitos relacionados con la corrupción, la realidad de las cárceles ha existido siempre y, en general, la sociedad no ha querido saber gran cosa de esa realidad. Es más, ha sido siempre un tema incómodo y molesto que ha sido silenciado y oculto. (más…)

La educación de los niños y niñas soldado: una herramienta indispensable para su reinserción
Nieves Fernández y Valeria Méndez de Vigo. [EuropaPress] El número aproximado de niños y niñas soldado en el mundo, según la ONU, asciende a 250.000. El informe sobre niños y niñas en conflictos armados del Secretario General de Naciones Unidas de 2016 indica la existencia de niños y niñas soldado en 20 países[1], en su mayoría, en el continente africano y en la región asiática de Oriente Medio. El informe destaca el incremento del número de casos de reclutamiento y utilización de niños en países como Somalia y la República Árabe de Siria (cuya cifra en 2016 se multiplicó por más de dos con respecto del año 2015), así el elevado número de casos en Sudán del Sur, país donde se registra una de las cifras más elevadas de niños y niñas reclutados para fines militares (1.100).
En muchos casos, los niños y niñas son secuestrados para fines militares por los grupos armados y, en otros, el reclutamiento es percibido por los menores afectados como una vía de escape de situaciones de extrema pobreza, vulnerabilidad y abandono de niños y niñas en lugares de conflictos armados. (más…)

Pactos de gobierno en Cuaresma (2): ¿Qué podrían aportas las obras de misericordia a esa nueva política?
Francisco José Pérez. Antes de una visión de lo qué puede aportar cada una de las obras, en clave de “nueva política”, que ni agota ni sustituye otras lecturas necesarias, vamos a fijar un marco de referencia derivado del pensamiento del Papa, sobre todo en Laudato si’:
- Visión integral de la persona y sus necesidades. En un contexto en el que las necesidades se confunden con los deseos y las personas están sometidas a nuevas esclavitudes vinculadas al consumo y la moda, las obras de misericordia ayudan a poner orden en el tema de las necesidades, que han sido priorizadas de forma clara por el Papa: “La deuda social, la deuda ambiental con los pobres de las ciudades se paga haciendo efectivo el derecho sagrado de las «tres T»: tierra, techo y trabajo. Esto no es filantropía, es una obligación moral de todos”[1].
- Situarnos en el marco de la “casa común”: “Desde mediados del siglo pasado, y superando muchas dificultades, se ha ido afirmando la tendencia a concebir el planeta como patria y la humanidad como pueblo que habita una casa de todos” (LS, 164), una casa que “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes” (LS, 2). Ni las obras de misericordia, ni la nueva política puede obviarlo.
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