
¿Por qué seguimos votando a partidos corruptos?
Santi Torres. [Revista digital L’Agulla y blog del autor] Los resultados de las elecciones del pasado 26 de junio sorprendieron a muchas personas, que confiaban en un cambio de mayorías y en la posibilidad también de un cambio real de gobierno. Sorprendió especialmente que el Partido Popular recuperase votos (casi 700.000) y diputados (14) en relación a las elecciones del 20D. La sorpresa fue mucho más grande entre aquellos que viven inmersos en el mundo de las redes sociales, y que auguraban por el ambiente de estas redes y de las encuestas que el Partido Popular no recuperaría tanto, y que estábamos mucho más cerca de una mayoría de izquierdas liderada en este caso por el partido de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón. Después del recuento, vinieron las lamentaciones, la perplejidad y la decepción.
Quizás la primera conclusión sería la de recomendar a la gente que se dejase de redes y escuchase mucho más lo que se dice y se habla en aquellas ciudades, barrios o pueblos donde el discurso del PP ha calado hondo y la fidelidad a este partido está a prueba de cualquier cataclismo. Y recomendar también, que dedicasen un tiempo a leer el magnífico estudio que el año 2012 politólogos como Jordi Muñoz publicaron precisamente con el título “¿Por qué los votantes perdonan a los políticos corruptos?”[1] (más…)

La salud y la recuperación del mercado laboral
Nani Vall-llossera. María era un cargo de confianza de la empresa en la que trabajaba, una compañía pequeña del sector de la alimentación. No tiene formación universitaria pero su talento y su experiencia de más de diez años desde el nacimiento de la empresa, la habían convertido en secretaria de dirección, contable, relaciones públicas y comercial. Siempre ha trabajado más horas de las contempladas en su contrato, por responsabilidad y porque le gustaba lo que hacía. En este tercer embarazo, igual que en los anteriores, ha recortado el permiso de maternidad a menos de dos meses y ha trabajado desde casa. La incorporación a la jornada presencial completa ha sido un infierno. Exigencias desmesuradas, dificultades para la conciliación, menosprecio hacia su persona y su trabajo, provocación de enfrentamientos con compañeros… le han comportado ansiedad, insomnio, baja autoestima, dificultad para mantener la lactancia materna. Le di la baja. Dos días después recibía la notificación del despido.
Hassan trabaja como reponedor de productos en máquinas de vending en empresas e instituciones. Tiene que hacer una ruta diaria para reponer los productos que se agotan y retirar los caducados. La empresa ha despedido a dos trabajadores de los más antiguos y el resto ha tenido que asumir sus rutas. (más…)

Y con los impuestos y el sistema fiscal, ¿qué hacemos? #2015electoral
Xavier Casanovas. Partimos de un desengaño. Hemos construido una sociedad basada en un pacto social, en un consenso entre capital y trabajo, que se ha visto hecho añicos. Este consenso pasaba por contar con un sistema fiscal (y así lo expresa la Constitución en su artículo 31.1) que cumple dos principios: el de igualdad (en mismas rentas se pague el mismo) y el de progresividad (que pague más quien más tiene). Estos principios, por muchas razones que ya conocemos, no se cumplen, y de hecho han ido a peor: el sistema fiscal se ha ido haciendo más regresivo, y los casos de fraude y elusión fiscal van en aumento.
La razón para reclamar un sistema fiscal más justo no es ideológica sino de puro sentido común. En estos momentos nuestra economía adolece del peor de los males, una galopante desigualdad. En España el número de ricos ha crecido un 40% desde el inicio de la crisis. El último año 2014 los altos cargo y consejeros de las empresas del IBEX35 han obtenido rentas 104 veces superiores a la renta media de su empresa. En 2013, “sólo” lo eran 74 veces más. Este es el punto de partida: el mercado, sin regular, sin líneas rojas que no pueda traspasar, parte de una desigualdad exorbitante. (más…)

¿Salida de la crisis o maquillaje estadístico?
Francisco Lorenzo. Las experiencias de sufrimiento encierran la posibilidad de aprender. Comprender (y lamentar profundamente) lo ocurrido, aprehender lo fundamental; discernir qué ha sido lo que ha generado ese sufrimiento y cómo enfrentarnos a él; cómo resurgir desde el dolor para reconciliarnos con otros y con nosotros mismos y evitar reproducir errores en el futuro. Y en este sentido, la crisis, ha supuesto una oportunidad.
Evidentemente, ha supuesto también más cosas; especialmente para sus víctimas. Desconcierto, incomprensión y desconfianza en un primer momento; y más adelante, pérdidas, rupturas, sueños truncados, vidas a las que se les ha arrebatado la esperanza, golpeadas en el presente e hipotecadas para el futuro. Miedo y sensación de impotencia frente a la impunidad de una lógica aplastante, capaz de pisotear a quienes hicieron aquello a lo que se les animó. (más…)

Empleo, crisis económica y trabajo decente
Eduardo Rojo. [Diari de Girona] Es un buen momento para prestar atención a algunos de los más recientes documentos internacionales y europeos, con algún apunte español, que tratan sobre las nuevas (o no tan nuevas) realidades sociales y laborales, y cómo les está afectando la situación de crisis económica, al mismo tiempo que podemos hacernos muchas preguntas sobre cómo se está abordando esta crisis y quiénes son las (muchas) personas que la padecen más intensamente. Y quizás también podemos hacernos la pregunta (muy retórica, obviamente) de si es necesario que se incrementen las desigualdades para que algún día la recuperación llegue a la mayor parte de la población. Esta pregunta se la hace el lúcido pensador polaco Zigmun Bauman en su último libro ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?, y su respuesta es muy clara: “Este trabajo intentará demostrar por qué estas y otras creencias son mentira y por qué tienen poca o ninguna posibilidad de convertirse en verdades y cumplir su (engañosa) promesa. También intentará descubrir por qué, a pesar de la evidente falsedad de estas creencias, seguimos ignorando la falsedad de estas promesas y no percibimos cómo de imposible es que se cumplan”. (más…)

¿Otra crisis de los países emergentes?
Manfred Nolte. Entre los varios temas objeto de debate en la cumbre del G20 celebrada el pasado fin de semana en San Petesburgo [5 y 6 de septiembre de 2013], el relativo a los virajes de las políticas monetarias de los países occidentales destaca por haber acaparado el máximo nivel de atención. Y ello no solo por la incidencia que tales movimientos pueden tener sobre la tibia recuperación de la economía europea sino también y sobre todo por su influencia sobre otras áreas emergentes del planeta.
El punto clave radica en la forma de minimizar el impacto global, -el contagio global-, cuando los principales países desarrollados abandonen de golpe o gradualmente los programas de actuación ‘no convencionales’ adoptados por sus bancos centrales, induciendo a flujos de capitales salientes en los países afectados, presionando negativamente sobre sus monedas. Los inversores comienzan a valorar algo absolutamente impensable tan solo unos meses atrás: que el Asia emergente, Latinoamérica –y con ellos el resto del club de los BRICs– pudiera enfrentarse a una nueva crisis financiera. El ‘tapering’ o rebaja de la flexibilización cuantitativa anunciada por la FED americana encabeza la cadena de acciones a las que tal vez puedan engancharse otros bancos centrales como el del Reino Unido y en menor medida el Banco central europeo. (más…)

Mismas recetas, iguales resultados
Veus. José María Vera. [El País] “Si siempre haces lo mismo, obtendrás el mismo resultado”. Parece ser una máxima extendida pero no entendida. Recortes indiscriminados y férreos controles del gasto público en épocas de crisis provocan más pobreza y más desigualdad. Lo vimos en América Latina, que en la década de los 80 se enfrentó a una crisis de deuda prolongada que provocó la llamada “década perdida”. Como condición para acceder al crédito, el FMI impuso a los países programas de Ajuste Estructural que incluían privatizaciones, liberalización acelerada e indiscriminada del comercio, desregulación de los mercados financieros y un férreo control del déficit, limitado al 3 %. Qué casualidad que la cifra mágica coincida, 30 años después, con la que la troika exige a los países europeos golpeados por la crisis.
Las consecuencias en América Latina fueron demoledoras. El número de pobres pasó de 136 a 200 millones de personas y la desigualdad se disparó afianzando a la región como modelo de sociedad dual. (más…)
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