
El Salvador: tierra de mártires, jardín de rosas
Alícia Guidonet. Gracias a una buena amiga salvadoreña, este verano he tenido la oportunidad de visitar El Salvador y de asistir al III Congreso Continental de Teología, “Los clamores de los pobres y de la tierra nos interpelan”. Me gustaría compartir algunas reflexiones y vivencias que he ido elaborando desde mi regreso.
El congreso pretendía hacer memoria de la Conferencia de Medellín, celebrar sus cincuenta años, y pensar conjuntamente el presente y futuro de la teología latinoamericana. Cuatro intensísimas jornadas abrieron la puerta a la reflexión teológica, sin dejar de lado los espacios para la oración, la canción, el teatro y la peregrinación a los lugares de los mártires. Casi una treintena de países participantes, la mayoría latinoamericanos, y más de 600 personas se reunieron en el Auditorio de la Universidad Centroamericana de El Salvador. (más…)

San Romero de América, muéstranos el camino de la libertad
Neus Forcano. El nombre de Romero va unido al de América. A la sangre de América: la derramada y la que persiste y resiste una y otra vez, incansable, resiliente. Las venas abiertas de América latina -que Galeano nos hacía observar sin tapujos ni eufemismos-. El nombre de Romero me devuelve a las américas latinas con las que hemos estrechado lazos y descubierto afectos a través de proyectos de solidaridad. Echo en falta estos lazos, pero me temo que en Europa, nos ciega ahora una niebla espesa provocada por la crisis económica, la descomposición de la democracia y el olvido de los derechos humanos. Ignoramos a los jóvenes que se suicidan en los campos de refugiados, no vemos los muertos que engulle el mar. Quizás nos ha vencido la vergüenza y hemos empequeñecido ante nuestros hermanos y hermanas de Latinoamérica que, en muchos casos, después de sufrir guerras civiles y dictaduras sádicas consiguieron, en la década de los 90 y los 2000, llevar a cabo -ellos sí- procesos constituyentes y revolucionarios. (más…)

“Tengo miedo, me van a matar”
Voces. José M. Castillo. [Religión Digital] Nadie pone en duda que Monseñor Romero fue un obispo ejemplar. Tan ejemplar que cuanto más se va conociendo su vida, más se le aprecia y más se le admira. Esto es lo más claro y lo más seguro que puedo afirmar, después de los 17 años que fui profesor de Teología en la UCA, la Universidad que tienen los jesuitas en El Salvador.
Yo no conocí a Romero. Porque cuando empecé a ir a Centro América, hacía ya nueve años que a él lo habían matado. Pero su recuerdo estaba entonces –y sigue ahora– tan vivo en el pueblo, en la gente, que todo el mundo habla de él. Sin duda alguna, Monseñor Romero es el salvadoreño más universal, que ha regalado aquel entrañable país a la Iglesia y al mundo.
Ahora, cuando el papa Francisco lo propone como ejemplo de creyente y de obispo, se recuerdan sus mejores ejemplos de vida y de fidelidad al Evangelio. Pero, en la vida de un hombre como Romero, siempre hay datos y detalles que nadie se imagina. Romero fue un santo. Pero, antes que un santo, fue un ser humano, profundamente humano. Y eso es lo que quiero recordar aquí. (más…)

Oscar Romero, una vida al estilo de Jesús
Víctor Codina. En 1986 visité en San Salvador la modesta vivienda de Monseñor Romero dentro del Hospital de la Divina Providencia para enfermos de cáncer. La religiosa carmelita que nos lo enseñaba nos contó que a altas horas de la noche del sábado 22 al domingo 23 de marzo de 1980 vio que la luz de la habitación de Monseñor todavía estaba prendida. Fue a verle para saber si se encontraba mal o necesitaba algo. Romero le dijo que estaba bien y que preparaba una homilía muy importante para la misa del día siguiente en la catedral.
En la homilía del domingo 23 de marzo en la catedral, Romero dirigió una vibrante llamada profética a los soldados del pueblo, forzados por el gobierno a reprimir a la población: “En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo, cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, ¡les ordeno!, en nombre de Dios ¡cese la represión!”. (más…)

En el principio de todo
Voces. David Fernàndez. [Catalunya Cristiana] Al principio fue Paulo Freire y la pedagogía del oprimido. Después fue Leonardo Boff, con la ética de lo humano, alertando de que al hombre posmoderno le había entrado “complejo de Dios” -individualismo posesivo, egoísmo narcisista, hedonismo insolidario. Enseguida conocimos pasado y presente de la dignísima -y passoliniana- parroquia de San Carlos Borromeo en el Entrevías de Madrid y la otra historia del cristianismo de base. Entonces, nos iniciábamos como insumisos y ateos al servicio militar y éramos quizás demasiado descreídos, pero ya brotaba la memoria de los asesinatos impunes de Óscar Romero y de Ignacio Ellacuría, que nos hacían enmudecer, nos despertaban del horror y nos acercaban en otros lugares ignotos pero habitables. (más…)

El curso de Romero, Espinal y los mártires de la UCA
Cristianisme i Justícia. Sin duda alguna este ha sido un curso para recordar algunos de nuestros mártires recientes, referentes de coherencia en el seguimiento del evangelio de los pobres. La efeméride ha sido múltiple.
Empezamos con la celebración de los 25 años del asesinato el 16 de noviembre de 1989 de cinco jesuitas, entre los que se encontraba Ignacio Ellacuría, y dos mujeres, en la UCA de El Salvador.
“No cualquier lucha por la justicia es la encarnación del amor cristiano, pero no hay amor cristiano sin lucha por la justicia cuando la situación histórica se define en términos de injusticia y de opresión”. I. Ellacuria
Seguimos con la esperada beatificación de Monseñor Oscar Romero, quien fue asesinado el 24 de marzo de 1980 a manos de los escuadrones de la muerte mientras oficiaba una eucaristía. Ha sido proclamado mártir por la Iglesia el 23 de mayo de 2015. (más…)
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