
Construir comunidades cristianas felices
Juan Pablo Espinosa Arce. Uno de los peligros que siento que se provocan dentro de las comunidades cristianas es la excesiva preocupación que tenemos con aquellos que vienen a nuestra comunidad. Pero pocas veces nos preocupamos de la sanidad mental, de la estabilidad emocional o de preguntarnos cuáles son nuestros grados de humanidad y felicidad de los que estamos animando los procesos pastorales cualquieras sean. A veces nos olvidamos de nosotros mismos y damos más importancia al otro, lo cual está muy bien y está dentro del núcleo evangélico. Pero es necesario recordar que el mismo mandamiento del amor, en el que se reúne toda la ley y los profetas (Cf. Mt 22,40) expresa que el amor a Dios va en la línea del amor hacia el otro y también del amor que sentimos a nosotros mismos. Hay, por tanto, una cuestión de autoestima y de felicidad propia. Entonces ¿qué relación existe entre Dios y nuestra felicidad?, ¿es posible pensar una teología y una eclesiología de la felicidad?, ¿cómo estamos en nuestros niveles de autoestima evangélicamente vivida?, ¿estamos construyendo comunidades cristianas felices?, ¿somos felices con lo que estamos haciendo en lo pastoral?, ¿unimos esa felicidad pastoral con la felicidad vital? (more…)

El Dios de pies sucios
Juan Pablo Espinosa Arce. Pastoralmente, me toca acompañar a distintos grupos en temas de formación. Entre ellos acompaño a una comunidad de adultos que se preparan para recibir el sacramento de la confirmación. En uno de los encuentros, en el que nos correspondía reflexionar en torno a la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús de Nazaret. A partir de dicho tema, surgió el tema del compromiso de Dios con el ser humano. La pasión y la cruz representan el máximo grado de implicancias que Dios ha querido tener con sus criaturas. En Él reconozco al “Dios de los pies sucios”, al que se mete en el barro de nuestra creaturalidad, el que toma asiento en nuestras fiestas, el que se compadece de nuestro sufrimiento. Y también creo que la Iglesia debe seguir a este Dios descalzo y ensuciarse los pies. En esta reflexión, quisiera volver sobre un tema central de la fe cristiana, a saber, la humanidad de Dios. Ésta es la nota característica de nuestra profesión de fe en Dios, la cual posee implicancias fundamentales en la práctica cotidiana de nuestro cristianismo. (more…)

Lo denso
Josep Cobo. [La modificación] Cualquier intento de comprender la fórmula dogmática “Dios verdadero y hombre verdadero” da pie a la herejía, esto es, al malentendido, cosa la cual no deja de ser curiosa, pues en este caso el malentendido no refleja un déficit de inteligibilidad, sino al contrario, un exceso de claridad. Y es que lo ininteligible aquí es, precisamente, la fórmula dogmática. De ahí que la herejía consista grosso modo en reducir uno de los dos términos de la fórmula con el objeto de eliminar la aparente contradicción. Así, tenemos, pongamos por caso, el monofisismo y sus variantes, según el cual la naturaleza humana de Jesús de Nazareth fue absorbida por la divina. O también la postura de los ebionitas, para los cuales Jesús fue a lo sumo un hombre de Dios —un profeta—, pero no Dios mismo. La ortodoxia suele apelar aquí al misterio, pero quizá sea preferible remitirnos a lo denso. Pues puede que la gran aportación del dogma de la Encarnación sea haber transformado la relación religiosa entre Dios y hombre en una relación densa, en donde se desdibujan, de hecho, los extremos de la relación. (more…)

Las cosas del Espíritu (Seminario Teológico I)
Josep cobo. Algunos teólogos modernos, y quizá no tan modernos, recurren a la metáfora de la luz a la hora de dar cuenta de lo que pueda ser esto del Espíritu. El Espíritu sería, así, como la luz que todo lo ilumina, la luz que directamente no puedes ver pero que hace posible que puedas ver cuanto te rodea. En este sentido, también podríamos hablar del Espíritu como el aire que respiramos o como el agua que ablanda las legumbres. Se trata de un Espíritu que podemos dar naturalmente por descontado: el Espíritu como medio, como éter, como atmósfera. El Espíritu como energía, como poder (se supone que benéfico). Ciertamente, hay algo de verdad en todo esto. (more…)
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