Manfred NolteGabriel, Miguel y Rafael Asociados, a sus Majestades los Reyes de Oriente.

Altezas: A escasas horas de vuestra fantástica cabalgata espacial repartiendo sueños y regalos a los pequeños moradores del Planeta y en respuesta al mandato confidencial otorgado a este grupo de mediadores para evaluar la gravedad de determinados centros apodados ‘Paraísos’ fiscales junto a las posibles medidas correctoras, procedemos a emitir nuestro mejor informe u opinión.

Como anticipo, habrán sus Excelencias recibido nuestro WhatsApp de esta madrugada instándoles a proceder sin pérdida de tiempo al acopio ingente de carbón en sus variedades más caloríficas (de preferencia hulla y antracita sobre lignito y turba) para proceder a su depósito en las inmediaciones de aquellos ‘paraísos’, junto a las cámaras de combustión –las llamadas calderas de Pedro botero-, que hemos tenido a bien instalar para su utilización inmediata. La medida parece inevitable.

Yendo directamente al grano, la pena genérica que se propone para los imputados, y que elevamos a definitiva, consiste en ingreso en caldera, formateo mental y reprocesamiento del disco duro ético a fuego lento con distintos niveles de ablandamiento, licuación y reciclado, por el  tiempo y duración necesarios hasta obtener signos posibles de enmienda. Contra esta decisión solo cabe recurso en alzada ante el Juez máximo de la Jurisdicción de la bóveda celestial.  Eso sí, siempre que se pruebe fehacientemente la devolución de las cantidades indebidamente dispuestas, reparación de daños incurridos, declaración de corazón contrito y firme propósito de no reincidir en futuras conductas similares.

Ha constatado este equipo de abogados de causas singulares, como punto de partida hacia todas las demás conclusiones, dos que se prodigan con frecuencia en la condición humana. La primera consiste en el afán de un buen número de moradores adultos del planeta por practicar la corruptela común junto al submarinismo tributario, en diferente grado y medida, estableciendo por debajo de la superficie de las aguas visibles y declaradas una economía sumergida nada despreciable que supera el 25% de las oficialmente consignadas en países como Estonia, Turquía o Polonia, a las que sigue una nutrida manifestación  de incumplidores formada por Grecia, Italia, Portugal o España que esconden del orden del 20% de lo que producen. Y eso en los países ricos, porque en los pobres –bastante tienen con lo que les toca- los porcentajes son de tal calibre que reflejan situaciones patéticas cuyo detalle exigiría un informe adicional. La segunda conclusión es que la rapiña a gran escala, aquella que se halla concentrada en una cúpula de bucaneros fiscales, no sería posible sin la existencia de aquellas jurisdicciones secretas que se constituyen en cooperadoras necesarias  de estos graves atropellos. Pueden sus Majestades, cuando se descuelguen por el Meridiano de Greenwich y recorran la península ibérica, comprobar la veracidad de estas declaraciones: detrás de la corrupción de senadores-tesoreros, conselleres, asesores marbellíes o gentes de la farándula, presidentes de Comunidades autónomas aforados o consortes reales siempre se halla la mano ladina y encubridora de una de estas referidas cloacas fiscales. Es fácil identificarlas: en sus dependencias, el que sabe calla y el que habla es porque no sabe. Luciferino.

Aquí procede distinguir entre ladrones sin conciencia que roban a mano armada, pero de tapadillo, amparados en el sigilo e impunidad de los referidos centros opacos y aquellos otros que también roban a mano armada –las empresas multinacionales-  pero a rostro descubierto porque son capaces de sortear impunemente a la justicia con la ayuda de costosos bufetes de contables, asesores fiscales y gélidos apoderados de la industria bancaria. A todos ellos –a sus máximos responsables y colaboradores necesarios- procederá en consecuencia la aplicación del confinamiento térmico rehabilitante arriba citado.

Pero, al igual que a los autores directos de conductas irregulares, hay que abrir expediente de internamiento en calderas a quienes desde puestos políticos o institucionales toleran o amparan la existencia de estos santuarios, o sea, personajes como el máximo mandatario actual de la Comisión Europea cuando auspiciaba el fraude luxemburgués conocido como ‘Luxleaks’. O a los que permiten la existencia de numerosas islas de tutela británica desde Gibraltar a Guernsey o Jersey, sin olvidar a la propia city londinense, que a la chita callando negocia fabulosas sumas de fortunas opacas. O a los prebostes políticos de Andorra, Irlanda, Holanda, Bermuda, Bahréin, Panamá, Suiza, Hong Kong, las Islas Caimán, Singapur y un larguísimo etcétera. En todos esos centros, flanqueados por las ‘big four’, las cuatro grandes consultoras, los más refinados bufetes jurídicos y los bancos más poderosos del planeta se remansan en un fétido anonimato alrededor de 30 billones de dólares con procedencia desconocida, se cruzan operaciones anuales del orden de 1,6 billones de dólares  y se registran entradas de dictadores africanos que desde 1970 se estiman en 1 billón de dólares.

Resumiendo: calor regenerador y reprogramador, Majestades, a discreción para los responsables citados –actores y cooperadores necesarios- en los centros de reinserción energética arriba descritos aunque la esperanza de su pronta rehabilitación no figure entre nuestros pronósticos.

Este breve informe se somete, obviamente, a quien pruebe mejor criterio en la evaluación de la materia, si bien se hace saber, para evitar inútiles pérdidas de tiempo, que, en sus líneas esenciales, goza del visto bueno de la Judicatura superior.

Firmado: Miguel, Gabriel y Rafael. Arcángeles y Abogados de causas especiales.

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 Imagen extraída de: Pinterest

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Doctor en Ciencias Económicas. Profesor de Economia de la Universidad de Deusto. Miembro del Consejo de Gobierno de la misma Universidad. Autor de numerosos artículos y libros sobre temas económicos preferentemente relacionados con la promoción del desarrollo. Conferenciante, columnista y bloguero. Defensor del libre mercado, a pesar de sus carencias e imperfecciones.
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