
Maestro, ¿dónde vives?
M. Carmen de la Fuente. “Maestro, ¿dónde vives?” (Jn 1, 38) es una pregunta que resuena fuerte en el interior de las mujeres y hombres que deseamos encontrarnos con Jesús, para conocerle más, amarlo más y seguirle más. Una pregunta que nos compromete, porque conocemos la respuesta, “venid a verlo” (Jn 1, 39) y porque sabemos que, si su mirada se cruza con la nuestra, su fuerza nos moverá a ir, a ver y a pasar el resto del día con él.
“Maestro ¿dónde vives?” nos ha llevado a Melilla-Nador, un lugar que, si alguna cosa es, es frontera, porque allí la frontera lo empapa todo. Una frontera que separa dos mundos que nos esforzamos en mantener alejados. Una frontera que hiere y mata a hombres y mujeres cada vez más jóvenes. Una frontera que no queremos mirar pero que es tan nuestra como de quien la construye y la protege. (más…)

Espera
M. Carmen de la Fuente. Una pareja amiga espera la llegada de una hija. Estos días, pensar en la nueva familia me remitía continuamente a otra espera, menos nueva y más conocida, la espera de este tiempo de Adviento en que nos encontramos ahora.
El Adviento es un tiempo que deseamos vivir conscientes, en comunidad y acordándonos de que estamos en camino para llegar hasta un pesebre. Allí encontraremos a Jesús, María, José, un buey, una mula y gente pobre (y de no muy buena reputación). Nosotros, que ya nos sabemos la historia, reconoceremos a este niño como el Hijo de Dios, enviado a nuestra tierra de la forma más humana, aquella que nos une y nos ayuda a imaginarnos hermanos y hermanas de la familia humana: nacido de mujer. (más…)

Tiempo de Pascua, reencontrarnos con una fuerza que no es de este mundo
M. Carmen de la Fuente. Es la fuerza que desprenden aquellas personas que, desde nuestra lógica y desde nuestro bienestar “asegurado”, deberían vivir derrotadas, sin proyecto, arrodilladas ante una realidad que no duda en hacerlas caer de nuevo cuando parecía que podrían levantarse. También todas aquellas otras personas que las acompañan día tras día, con la sensación de estar luchando contra un gigante, pero sin dejar de buscar alguna grieta por donde alimentar la vida.
Es una fuerza que explica aquello que con nuestros esquemas es inexplicable: ¿Cómo aguantan? ¿Qué les hace vivir? ¿Por qué no se dan por vencidas? ¿Cómo se sostienen en medio de tanto dolor?… Una fuerza que nos hace abrir los ojos y escuchar, que nos interroga, que nos toca el corazón y que nos cuestiona vitalmente. Es una fuerza que viene de nosotros pero que va más allá. (más…)