Xavier Garí de Barbarà. [Valors] Este 2018 se cumplen 100 años del nacimiento de Nelson Mandela, un hombre indispensable para cerrar el siglo XX. Un siglo, por otra parte, sangriento y violento, genocida y nuclearizado, y que además dio tres guerras mundiales (la Primera, la Segunda y la Fría). Entre éstas, surgieron personajes siniestros como, por ejemplo, Hitler, Mussolini o Stalin, que incitaron a conflagraciones mundiales, matanzas y genocidios, dictaduras y represión. Pero el siglo XX también dio otros liderazgos de signo totalmente contrario, como Gandhi, Luther King y Mandela. De ellos tenemos, este año, tres aniversarios muy destacables: 100 años del nacimiento de Mandela, 70 años del asesinato de Gandhi y 50 años del asesinato de Luther King. A cada uno le dedicaremos un artículo a partir de sus mayores sentencias, las más genuinas pero no especialmente conocidas.
Comencemos por Mandela, el líder antiapartheid, que entró en prisión en 1964 acusado de terrorismo y salió en 1991 con la vocación de reconciliar el país superando definitivamente el régimen racista del Apartheid. La primera de las tres frases, contundentes y sabias a la vez, es de las más conmovedoras, ya que afirma que «para conocer un país hay que conocer sus cárceles«, aludiendo indudablemente a que la realidad que se vive en las cárceles es la realidad de los que sufren, provocada a menudo por quienes infligen la injusticia (especialmente en un contexto y un régimen como el de la Sudáfrica del Apartheid). No se puede desvincular esta afirmación de otra relacionada, en la que Mandela defendía que la cárcel es la mayor escuela de paciencia y de esperanza, dos ingredientes fundamentales para cocinar la libertad, tal como Mandela ejemplarizó.
La segunda frase elegida es la que confía plenamente en que «los valientes que desean la paz tendrán el coraje del perdón»; una gran verdad no siempre debidamente resaltada, en la que insiste sobre las virtudes de la valentía y el coraje, y las vincula a los valores de la paz y del perdón. Si es cierto que sólo hay paz si hay justicia, también es verdad que en parte la justicia proviene del perdón.
La última sentencia de Mandela es, definitivamente, la más genuina de todas: «Yo no perdí nunca; siempre ganaba o aprendía». Maravillosa afirmación, aplicable una vez más a la vida, en la que Mandela convierte el fracaso, el error o cualquiera revés que se viva, no como tal negativamente sino todo lo contrario: como una oportunidad única de volver a levantarse, de volver a avanzar, de nuevamente vencer.
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Para ampliar información sobre la figura y la obra póstuma de Mandela, es muy recomendable conocer la Nelson Mandela Foundation (www.nelsonmandela.org).
Imagen extraída de: Pixabay
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