José EizaguirreLos medios de comunicación nos traen estos días la noticia de una nueva subida en las tarifas eléctricas llamadas «de último recurso» (las de los consumidores minoristas como tú y como yo). El periódico ABC, además de informar que desde 2007 el recibo de la luz ha subido un 63,5 %, añade diez consejos para conseguir ahorrar en el recibo de la luz. Como dice el subtítulo, «Numerosos gestos cotidianos pueden permitirnos amortiguar el impacto de la nueva subida de la electricidad»: uso adecuado del aire acondicionado y de la calefacción, aislar convenientemente la vivienda, utilizar bombillas de bajo consumo, aprovechar el calor residual en las cocinas de vitrocerámica, regular el termostato del frigorífico… Consejos todos que no nos resultan novedosos, aunque echamos en falta dos medidas importantes de ahorro económico: ajustar la potencia contratada y considerar una tarifa de discriminación horaria. Consejos en todo caso que se dirigen al comportamiento personal de los consumidores domésticos: no se menciona la posibilidad del consumo compartido, ni del gasto eléctrico por parte de entidades, empresas o municipios. Consejos finalmente que no se preguntan por las razones de la subida del precio de la luz y que vienen a ser como los consejos que pueden darse en otoño para tomar medidas de protección personal ante la inevitable bajada de las temperaturas.

Por eso se me ocurre proponer, de forma complementaria, estos otros diez consejos para consumir menos electricidad y hacerlo de forma más justa y sostenible. Así, además de ahorrarnos dinero en el recibo doméstico de la luz, estaremos contribuyendo a un sistema más sensato de producción y consumo eléctrico.

1. Hazte preguntas. Consulta, lee, indaga… La subida del recibo de la luz es algo que tiene sus causas, sus actores y sus beneficiarios. Lee periódicos, pero también información complementaria en otras fuentes. Aprende a manejar los conceptos que figuran en el recibo de la luz («término de potencia», «término de energía», «alquiler de equipos de medida», «impuesto sobre la electricidad»…). Fórmate tu propia opinión.

2. Denuncia el abuso de las compañías eléctricas, la estafa del mercado eléctrico y el engaño del “déficit de tarifa”. En los últimos años, las grandes compañías eléctricas no han dejado de tener beneficios ni de repartir dividendos. De hecho, las compañías eléctricas españolas casi doblan el margen de beneficio de las europeas. El dinero que el Estado está pagando a las eléctricas contribuye a estos márgenes de beneficio. «Es verdad que han subido los precios, pero también a la administración pública, ya que una parte se financia con cargo a los Presupuestos», ha dicho recientemente el ministro de Energía e Industria. Que es lo mismo que decir: «Es verdad que las compañías eléctricas van a tener más ingresos -y, por tanto, más beneficios-, pero no solo de los consumidores, también de la administración pública, con cargo a los Presupuestos».

3. Hazte socio de una cooperativa de producción y distribución de electricidad 100 % renovable. Aunque no participes mucho en ella. La cuota de socio suele ser muy discreta y a cambio recibirás información sobre el sector (información que no encontrarás en los grandes medios de comunicación), podrás conocer a personas altamente motivadas en el tema y generosas en su compromiso y estarás contribuyendo a que se desarrollen este tipo de iniciativas tan valiosas y necesarias. SomEnergia, Zerzer y Goiener son algunas de ellas.

4. Contrata un proveedor ético y ecológico. En España ya hay compañías que suministran electricidad generada de forma 100 % renovable. El trámite para cambiarse de compañía es sencillo y en ningún momento se interrumpe el suministro. Estarás así expresando tu preferencia por la energía sostenible y contribuyendo, al menos como pequeño gesto, a que el sistema de generación eléctrica del país vaya cambiando. Además de las cooperativas mencionadas en el punto anterior, Gesternova es una de estas empresas comercializadoras.

5. Intenta producir parte de la electricidad que consumes. Al menos, la que utilizas en corriente continua (móvil, ordenador, aparatos electrónicos…) o bien algunas lámparas led que pueden funcionar a muy bajo voltaje. Investiga, pregunta y explora. Tal vez encuentres placas solares y baterías con que alimentar esos aparatos y bombillas. Al menos intenta hacer la prueba. Ahorrarás electricidad a la red, aprenderás unas cuantas cosas, contaminarás algo menos y seguramente te sentirás mejor. No serás el primero en iluminar la casa con corriente continua de 12 V.

6. Reclama la aprobación de una ley justa de producción doméstica de electricidad. Una ley que lleva años sin aprobarse, pues ni este Gobierno ni el anterior han mostrado mucho interés en hacerlo, y cuyo último borrador, además, pretende penalizar la producción doméstica de electricidad. Exige una ley que lejos de gravar a quien genera electricidad a pequeña escala, favorezca la producción local de electricidad, aunque eso suponga menos ventas para las grandes compañías. ¿No es mucho más sensato, si se puede, producir la electricidad localmente y poder verter a la red el exceso no consumido? Nada de eso contemplan nuestros gobernantes.

7. Asóciate a otros consumidores, aunque solo sea porque quieres pagar menos luz. «La interrelación mundial ha hecho surgir un nuevo poder político, el de los consumidores y sus asociaciones» (Caritas in Veritate 66). ¡Hagamos un buen uso de este nuevo poder!

8. Apoya a organizaciones que trabajan para que haya más transparencia, justicia y sensatez en el sector de la energía. Además de las asociaciones de consumidores, las campañas en esta línea de la Plataforma por un nuevo modelo energético, Greenpeace y Ecologistas en Acción merecen ser apoyadas.

9. Vota responsablemente. Ten en cuenta todo esto a la hora de votar a los diputados del Gobierno Estatal. El sector eléctrico está regulado por el Estado. En último término, son decisiones políticas, decisiones que toman los políticos elegidos por los votantes. Unos políticos, en ocasiones con  vinculaciones personales con las grandes compañías eléctricas. Un escándalo.

10. Y, por supuesto, ahorra electricidad, consumiendo lo mínimo, haciendo un uso adecuado de la calefacción, aislando convenientemente la vivienda, utilizando bombillas de bajo consumo, regulando el termostato del frigorífico… y todas esas estrategias que hace tiempo que sabemos y que viene bien que nos recuerden.

Imagen extraída de: El Confidencial

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Amarillo esperanza
Anuario 2023

Después de la muy buena acogida del año anterior, vuelve el anuario de Cristianisme i Justícia.

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Es autor de libros, artículos, conferencias y cursos sobre ecología, consumo, espiritualidad y estilos de vida alternativos. Autor del del cuaderno Al que tiene se le dará; al que no tiene se le quitará (Colección virtual CJ nº 3). Participa en la iniciativa “Biotropía. Estilos de vida en conversión” y en el grupo “Cristianismo y Ecología”. Vive con su mujer en Cañicosa, un pequeño pueblo de Segovia. Juntos animan un centro comunitario de ecología, espiritualidad y acogida con el nombre de Tierra Habitada.
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1 COMENTARIO

  1. Me ha parecido muy ilustrativo vuestro artículo! Sin duda que el mundo de las eléctricas es difícil de entender y hay que tener mucho cuidado para que no se aprovechen de los consumidores. Gracias por las ideas y a alg sistemas por proporcional un material eléctrico de tanta calidad y buen precio

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