Victor Codina. Ante el reciente movimiento social de los “indignados” en España (y también, aunque en otro contexto diferente, en el Norte de África), todavía incierto y difícil de ser juzgado, podemos preguntarnos si en la Iglesia no  hay también indignados. No encontramos ciertamente en la Iglesia algo semejante a lo ocurrido en la plaza del Sol de Madrid o en la plaza de Catalunya de Barcelona. No hay nadie acampado en la plaza de San Pedro de Roma, no hay pancartas que digan “Democracia en la Iglesia, ya” o “Cristo si, Iglesia no”,  la guardia suiza con sus pintorescos uniformes miguelangelescos no ha  reprimido a nadie, como sí lo han hecho los mossos d´esquadra en Barcelona…

Hay ciertamente en la Iglesia voces indignadas como la de Hans Küng, personas y foros que expresan su disgusto, que añoran el Vaticano II,  hay  gente que abandona la Iglesia, grupos que en América Latina se pasan a los  pentecostales, se constata un cisma blando y silencioso de mujeres, de intelectuales y de jóvenes, hay desencanto e indiferencia en muchos. Pero existe una mayoría silenciosa de fieles que  sufrimos calladamente, trabajamos, oramos y esperamos tiempos mejores. Silencio ¿por cobardía, prudencia o miedo? No lo sabemos.

Pero si miramos más a fondo, en  Israel y en la Iglesia siempre ha habido  indignación ética y religiosa ante muchas circunstancias adversas, aunque  no se llamen “indignados” sino  profetas y profetisas. Los profetas de Israel eran  voces de indignación y denuncia ante la idolatría del pueblo y la corrupción e injusticia de los reyes. Jesús de Nazaret, cuando expulsó a los mercaderes del templo ¿no estaba indignado porque habían convertido  la casa de su Padre en una cueva de ladrones? Los monjes que iban al desierto para protestar de la Iglesia de Cristiandad constantiniana, Francisco y Domingo, Catalina de Siena, Ignacio  y Teresa ¿no querían reformar la Iglesia de su tiempo? Más recientemente, teólogos de la liberación como Boff y Sobrino, teólogas como Yvonne Gebara y Lucía Ramón, ¿no están proféticamente indignados-as  ante realidades indignas e injustas? ¿Qué fueron en su tiempo Juan XXIII, Romero, Helder Cámara, Samuel Ruiz. Arrupe, Espinal y Ellacuría, sino profetas? ¿Que hay detrás de Desmon Tutu,  de Nicolás Castellanos, de Buxarrais, de Casaldáliga y  del mismo Cardenal Martini, sino voces proféticas y deseos  de reforma eclesial? Muchos de estos profetas también fueron reprimidos, silenciados, sufrieron persecución e incluso martirio. A Jesús de Nazaret la expulsión de los mercaderes del templo le costó la condena  a muerte y la crucifixión.

Los creyentes, creemos que detrás de estos movimientos sociales de protesta, detrás de estas voces proféticas de la Iglesia, muchas veces mezcladas con ambigüedades, errores y  desviaciones  que hay que discernir continuamente, está presente el Espíritu del Señor que  llena el universo, el mismo que hace surgir la vida del caos, el que habló por los profetas, el que acompañó la vida de Jesús de Nazaret, el que hizo nacer la Iglesia y el que conduce la historia de la humanidad hacia su consumación del Reino. Llamémoslo indignación, profetismo, contestación,  reforma, opinión pública o disenso, en el fondo es el Espíritu de Jesús quien está presente de forma callada pero real  bajo estos movimientos.

En la Iglesia todos los bautizados participamos del profetismo de Cristo y faltaría algo esencial a la Iglesia si desapareciese, o no se tuviera en cuanta,  la opinión pública de laicos, religiosos y religiosas, de ministros del Señor. Por esto Pablo nos exhorta a que no apaguemos el Espíritu, que no despreciemos lo que dicen los profetas, que lo examinemos  todo y nos quedemos con lo mejor (Tes 5, 19). Porque el Espíritu renueva la faz de la tierra (Salmo, 103, 30).

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Amarillo esperanza
Anuario 2023

Después de la muy buena acogida del año anterior, vuelve el anuario de Cristianisme i Justícia.

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Jesuita. Estudió filosofía y teología en Sant Cugat, en Innsbruck y en Roma. Doctor en Teología, fue profesor de teología en Sant Cugat viviendo en L'Hospitalet y Terrassa. Desde 1982 hasta 2018 residió en Bolivia donde ha ejercido de profesor de teología en la Universidad Católica Bolivia de Cochabamba alternando con el trabajo pastoral en barrios populares Ha publicado con Cristianisme i Justícia L. Espinal, un catalán mártir de la justicia (Cuaderno nº 2, enero 1984), Acoger o rechazar el clamor del explotado (Cuaderno nº 23, abril 1988), Luis Espinal, gastar la vida por los otros (Cuaderno nº 64, marzo 1995).
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10 Comentarios

  1. Siempre ha habido y habrá profetas. Desde la fe y el amor. No desde la crítica destructiva sin aportar nada positivo.
    Ya sabemos que hay asuntos que están mal. Pero si yo me ocupo de ser un poco mejor el mundo será un poco mejor.
    Un abrazo fraterno

  2. Yo fui bautizado. Luego mi desapego con tanto mito injustificado y tanta mentira me hizo cuestionarme todo y hoy soy ateo y también anticlerical toda vez entiendo que solo bajo el más escrupuloso laicismo podemos obtener progreso en común y en paz.
    En mi opinión los que aún os mantenéis ahí dentro debéis exigir cosas tales como que el Vaticano firme ya la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que elimine la pena de muerte del catecismo y que se rija por principios democráticos, erradicando la homofobia, el sexismo o el clericalismo
    Son anacronismos provenientes de un oriente lejano en el tiempo que no se corresponden con el concepto de humanidad.
    Me parece estupendo que seáis creyentes, aunque la razón no esté de vuestro lado ni tampoco la objetividad de la prueba. No deja de ser vuestro personal problema. Pero hoy por hoy manteneros dentro de esa institución os hace cómplices de demasiadas vergüenzas.
    Suerte.

  3. no és el mateix… i d´acord, l´indiferencia no és la millor opció, per tan, ànim!

  4. A la meva manera d’entendre, el silenci per covardía, prudència o por, com assenyales, no tenen res a veure amb el profetisme, sinó tot el contrari. El profeta es juga la pell, en canvi i ha molts que es queixen (o que parlen i escriuren molt) però estan disposats a callar, no perquè els vagin a matar, sinó per no perdre la feina o l’estatus o les amistats. Però la por i l’Esperit Sant no s’adiuen gens.

    D’altra banda, hi ha hagut manifestacions de dones a la plaça de Sant Pere per demanar l’accés a l’ordenació, i han estat «amablement desallotjades» (no a cops de porra) per guàrdies suïssos i policia. N’hi ha imatges a internet. És a dir, que potser aquestes senyores són les que han tingut més valentia per posar-s’hi amb la seva pancarta. Cosa que altres que parlen i es queixen molt, no han fet mai ni ho faran. Tampoc no sé si és la millor manera, però com a mínim sí que és visible.

  5. Amigo Obispo Ateo:

    Entenderás conmigo que la fe es don que se nos da, pero que también se nos puede quitar (…) Y esto es lo que parece ha pasado contigo, te fue dado y por lo que dices, se te quitó.
    Por lo que cuentas parece se te olvido algo, y es que nuestra fe radica y se basa en Jesús Cristo hijo de Dios ¡no en su iglesia compuesta por pecadores! El hecho de ser creyentes no es ningún “salvoconducto” para garantizar que somos mejores. Yo me he relacionado (y me relaciono) con gente atea, y no creo que sea mejor que ellos, a más de que ellos me aceptan con mis creencias porque ven que no van en contra de sus verdades (…) Pero es que ser creyente también es aceptar otras verdades teológicas (religiones) filosóficas (materialismo, nihilismo etc), por la sencilla razón que nuestra fe nos dice que Dios es el padre de todas las cosas (…)

  6. Hola Obispo Ateo
    Me parece excelente la decisión de cuestionarse todo. Permite que te cuestione algunas afirmaciones:
    a) La Declaración Universal de Derechos Humanos no es un tratado que se «firme». En todo caso, lo que exigimos es que el Estado de la Ciudad del Vaticano, a través de la Santa Sede, firme y ratifique la totalidad de Tratados de Derechos Humanos (tanto universales como regionales).
    b) El catecismo menciona la doctrina tradicional respecto de la pena de muerte, para inmediatamente poner en duda de que sigan existiendo las condiciones necesarias para que sea moralmente válida. Juan Pablo II lo reiteró, señalando textualmente que la tendencia en la Iglesia y la sociedad civil es hacia pedir la total abolición de la pena de muerte
    c) La homofobia y sexismo, ciertamente presentes en muchos espacios eclesiales, no es un anacronismo de oriente. Veamos su extensión en otros ambientes contemporáneos de la cultural occidental. Hay estudios muy interesantes sobre estos temas en la izquierda marxista latinoamericana, por ejemplo.
    d) El clericalismo sí que es propio de la Iglesia Católica. Pero no viene de oriente (el clericalismo católico es muy diferente de las castas sacerdotales en culturas medio orientales como la egipcia). Fíjate por ejemplo que las primeras críticas al clericalismo latino vinieron no de la Reforma sino de las Iglesias Orientales.
    e) Eso de que no salirse es ser cómplice, es un argumento muy débil. Dirías que todo el quen no se exilió fue cómplice de Franco? O todo el que no renuncia a su ciudadanía es cómplice de lo que hagan las autoridades? la complicidad o resistencia se evalúan por las acciones de cada persona.
    f) Estoy de acuerdo en que las personas católicas (yo no lo soy) que permanecen en la Iglesia católica (recordemos que la católica no es la única iglesia, en ese sentido es un error referirse a ella como LA IGLESIA) tienen una responsabilidad de actuar para su reforma. Conozco a muchas que han arriesgado patrimonio, honor e integridad física por asumir tal responsabilidad. Jamás las insultaría llamándolas cómplices, cuando justamente arriesgan el pellejo por no serlo.
    Saludos

  7. Como no creer que la iglesia debe cambiar, debe hacerlo y lo esta haciendo, en silencio en lo profundo de su corazón, en sus fieles que somos nosotros. Demasiado tiempo pensando que el Espíritu no sopla en la masa de los cristianos , o que debe soplar en sus jerarquías y de allí bajar al resto. Se equivoca Kung y también cCodina pensando que solo los cambios pueden venir desde el Vaticano, los cambios ya están ocurriendo, empezaron entre otros con los teólogos de la liberación, ellos nos dejaron en el alma el gusto por lo nuevo, y dentro de nosotros empezó a fermentar. ¿Los cambios serán lentos? seguramente, pero inexorables.
    Como nos dijo Pablo:»Atribulados en todo, mas no aplastados;
    perplejos mas no desesperados;
    perseguidos más no abandonados;
    derribados mas no aniquilados.
    Como desconocidos, aunque bien conocidos;
    como quienes están condenados a la muerte, pero vivos;
    como tristes, pero siempre alegres;
    como pobres, aunque enriquecemos a muchos;
    como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos»
    (2 Cor 4.8-9; 6.9-10).
    Un abrazo desde Uruguay.

  8. En la vida encuentras gente con diferentes formas de ser, pensar y actuar. Los hay valientes y cobardes (yo no me considero valiente) y en esto tienen mucho que decir los genes, la educación, las circunstancias y, por descontado nuestra oración piediendo la ayuda de Dios.
    Los años, tengo más de 65, me hacen pensar que nuestra objetivo no es tanto ser como intentar ser, no tanto ser valiente como desear y hacer cosas para llegar a serlo. No sentirnos contentos con nuestra mediocridad sinó luchando con nuestras escasas fuerzas para salir de ella.
    Un abrazo

  9. Buenas tardes. Les envio esta noticia que dentro de poco se producirá. https://www.facebook.com/note.php?note_id=291769480847099
    Para su información, sí que hay indignados en Roma y todavia queda lo más importante; indignados dentro del Vaticano, aunque ellos todavia no lo saben.
    Esa es mi opinión, sin duda, la de un indignado que ve en el Movimiento 15M unhecho profetico: https://www.facebook.com/note.php?note_id=264879260202788

    Cordialmente, un saludo

  10. Muy bueno, como siempre, el aporte de Condina.
    Valoro el interés por la “escucha”, y el diálogo que se promueve.
    .
    Desde mi fe, Creo en la Iglesia, como cuerpo cuya cabeza es Dios, que es Trino. Y es precisamente Dios en Espíritu, quien impulsa y sensibiliza a la humanidad.

    Personalmente, he logrado salir, a encontrarme con Dios, en la Ciudad. . Y al recuperar mis sentidos, en cada Encuentro, disfruté al verlo, escucharlo, acariciarlo, asistirlo, en cada vida creada..

    Creo en la Iglesia Apostólica, y católica, porque es universal. Pero también en el Pentecostés que surge permanentemente, que siempre renueva, a la humanidad de todo el mundo, cuando lo considera conveniente: laicos, ministros, cristianos creyentes, o no, sin ser propiedad exclusiva de ninguna religión.

    Amo, sigo, defiendo, y creo, en el modelo de Iglesia que fue surgiendo de las primeras comunidades cristianas, quienes llevaban tibio el recuerdo de Jesús, que es el Kerigma, extendiéndose a todas las naciones. Y seguramente, esos tiempos no fueron mejores que los nuestros.

    Pero la Esperanza de Salvación, está más vigente que nunca, y los cambios se están haciendo cada vez más visibles, en las distintas Diócesis de A Latina. Comunidades de fieles comprometidos en todas sus áreas, Existen CEB, casas de familia destinadas a lectura de La Palabra, capacitaciones, ofertas de estudios, retiros,…, misiones activas.

    Y hace algunos pocos años, hasta se logró abrir las ventanas para que entre aire fresco, despertando a conocer y reflexionar actitudes propias, desde los documentos conciliares. Partiendo del grito: «Iglesia como luz del mundo», (Lg), a casi 50 años. Promoviendo movimientos con mayor identidad, luchando por los principios evangélicos, por la unión de todos los cristianos, y el respeto por la humanidad toda, aún con sus diferentes creencias.

    Margarita, catequista.

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